Mientras veía la película veía en el profesor los rostros, y el discurso, de los psicopedagogos que durante tantos años nos han querido convencer de lo contrario de lo que veíamos en clase. Sobre la topografía de la escuela han levantado un mapa que simulaba ser más real que el que nosotros pisábamos cada día, para hacernos creer que allí donde había una montaña en realidad había un valle, donde un barranco, un río y donde un pequeño huerto, una granja feraz. Su discurso ha atrapado a los políticos y a algunos profesores, pero la mayoría les ha opuesto una oposición larvada que como la madre de El Intercambio se ha negado a aceptar el mundo irreal de su topografía recreativa. Ahora la realidad se está imponiendo, pero sobre un mundo en ruinas.
viernes, 16 de enero de 2009
El discurso del pedagogo
En la última película de Clint Eastwood, El Intercambio, hay una escena en la que un profesor -se supone que psiquiatra-, acude a la vivienda de una mujer que acaba de perder un hijo y a la que la policía le acaba de entregar un muchacho haciéndolo pasar por el hijo perdido. El doctor tiene como misión convencer a la mujer que éste es su verdadero hijo, a pesar de que todas las evidencias están en contra. A cada evidencia que presenta la mujer, -mide ocho centímetros menos, está circuncidado- el profesor le ofrece argumentos para convencerle de lo contrario -en casos excepcionales la estructura ósea disminuye, a saber por qué manos habrá pasado el chico..
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