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lunes, 10 de diciembre de 2012

El TDAH en el aula


Encuentro este artículo.


La sintomatología del TDAH, Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad, está formada por dificultades en el intervalo de atención, control de los impulsos y exceso de actividad motora. En los últimos años, se ha suscitado una gran preocupación por padres y profesores de niños hiperactivos, por buscar intervenciones adecuadas con un enfoque interdisciplinar que facilite un abordaje de las necesidades del niño en todas las áreas: social, familiar y educativa.

Todo profesor probablemente se haya encontrado con algún alumno con TDAH a lo largo de su desarrollo profesional, lo que explica la importancia de que cuenten con información al respecto que les ayude a enfocar la intervención de forma adecuada con sus alumnos.

¿Cómo sé si un alumno tiene TDAH?

La relevancia del contexto escolar y de los profesores es esencial, ya que los niños pasan gran parte de su tiempo en este ámbito, y es donde normalmente aparecen los síntomas de una forma clara. Por tanto, es necesario clarificar en la medida de lo posible, si la sintomatología del alumno hace referencia a un TDAH o no.

Si se evidencian sospechas de que así sea, es importante que el abordaje se realice en equipo, poniéndose el colegio en contacto con los familiares del alumno, para que pueda ser evaluado por un profesional psicólogo y se realicen las pruebas médicas pertinentes. Es necesario por tanto, que los profesores puedan analizar el comportamiento del niño dentro del aula, ya que eso les proporcionará claves respecto a que comportamientos aparecen y con qué forma e intensidad.

Desde el aula, se puede observar cómo los niños con TDAH muestran tres síntomas básicos, que son:

- La hiperactividad. El movimiento es la característica principal de la hiperactividad. Los niños con hiperactividad se muestran siempre en movimiento, incluso cuando están sentados es frecuente percibirlos moviéndose. Es por esa razón por la que puede ser que se levanten durante las clases y les cueste trabajo cumplir los límites que en cambio, los demás cumplen.

- La impulsividad: Es la tendencia a inhibir las respuestas iniciales y a reparar en ellas con el fin de evaluar su grado de precisión. Es por esto por lo que los niños con impulsividad tienden a ser impacientes, respondiendo antes de tiempo, por ejemplo. Tienden a no planificar las tareas y presentan escasa tolerancia a la frustración.

- El déficit de atención: Es la dificultad para mantener la atención en algo en concreto. Es por esta razón por la que los niños con déficit de atención tienen dificultades en seguir instrucciones y no finalizan sus tareas.

No todos los niños muestran los mismos síntomas, ni de la misma forma. En ocasiones puede resultar complejo observar síntomas claros y es necesario evaluar otros aspectos que pueden estar latentes. Por eso es importante que el proceso de evaluación sea multidisciplinar, y así los profesores tengan la seguridad de estar actuando correctamente.

Cada etapa evolutiva es diferente y por lo tanto, los síntomas también varían en función de la edad del niñoDe la misma forma, los profesores también saben que cada etapa evolutiva es diferente y por lo tanto, los síntomas también varían en función de la edad del niño. Cuando los niños con TDAH son muy pequeños, pueden mostrar menos interés de lo normal por los juegos, abandonándolos enseguida, pasando de un juego a otro sin apenas detenerse, así como dificultades sociales, que se observan en su relación con otros niños. Ya en primaria, pueden mostrarse distraídos e impulsivos y puede ser que tengan dificultades en el aprendizaje, traduciéndose en notas bajas o incluso en la repetición de algún curso. Cuando llegan a la adolescencia pueden tener dificultades para organizar sus tarea, y si no se cuida su imagen y sus relaciones sociales, ello puede derivar en dificultades emocionales importantes así como en las relaciones con los demás.

Orientaciones para el trabajo con TDAH en el aula

Como figuras de gran influencia para los alumnos, los profesores entienden la educación, como el camino para contribuir a que los niños se desarrollen plenamente, lo que consiguen con normas, límites y rutinas que ayudan a los niños a organizarse y les permiten ser cada vez más autónomos. De la misma forma, un niño con TDAH necesita unas normas básicas que guíen y marquen límites a su comportamiento. Esto le da seguridad porque sabe qué ocurrirá ante determinadas conductas.

La supervisión de los profesores es la clave que ayudará al niño a estructurarse. Supervisión que gestionarán a su estilo, teniendo en cuenta las dificultades de los alumnos con TDAH. Por ejemplo, sentándolos cerca de ellos para supervisar al pequeño, evitando otras posibles distracciones. Así como gestionando rutinas que ayuden al niño en su organización y que faciliten el funcionamiento de la clase. Por ejemplo, darles cinco minutos de tiempo antes de cada clase para preparar el material.

De igual modo, las tareas deben ser claras y la información lo suficientemente explicita y concreta para que los alumnos entiendan lo que se espera de ellos. Los síntomas de impulsividad requieren que la supervisión vaya enfocada a recordarles de forma frecuente las normas establecidas y sus consecuencias en caso de incumplimiento.

En cuanto a la hiperactividad, los profesores saben que sus alumnos con TDAH no pueden estar quietos mucho tiempo. Ayudarle es poder darle un sentido a su necesidad de moverse, adjudicándole responsabilidades, como ir hacer fotocopias y borrar la pizarra.
Con la supervisión de los profesores se consigue aumentar la motivación de los alumnos con TDAH, enseñándolos a reflexionar antes de actuar y dotándolos de herramientas que conformarán la base de su autocontrol.

jueves, 8 de marzo de 2012

Multar a los mendigos


   Pocas actitudes, actuaciones, palabras, tan didácticas como las de algunos políticos. Mejores que la clase más preparada para explicar cómo salir de la crisis, cómo utilizar el raciocinio para el gobierno de la ciudad, para imponer la lógica en el caos del tráfico humano.

   Por ejemplo, el alcalde de Valladolid cambiando la ordenanza municipal para multar a los mendigos. Una nueva norma censura con una multa de hasta 750 euros la mendicidad en las vías y espacios públicos y con entre 750 y 1.500 si se hace con actitudes coactivas o de acoso. ¿A quién se le había ocurrido antes aliviar el déficit de los municipios gravando a los miserables?

    Otra forma , prohibiendo las protestas de los indignados en la vía pública: “Las acampadas en los espacios públicos pueden considerarse infracciones muy graves, si no existe autorización y se perturba la convivencia, y se sancionarán con hasta 3.000 euros, o graves con hasta 1.500”.

O esta otra: "ninguna persona podrá estar desnuda o semidesnuda en los espacios y vías de uso público, ni en bañador o prenda similar salvo en piscinas, playas u otra lugar en el que se pueda llevar esa vestimenta”. La multa, en este caso será de 750 euros. 




lunes, 27 de febrero de 2012

Un colegio de pobres e inmigrantes llegó a ser el mejor

Artículo publicado en El Confidencial por S. McCoy:


“Paddington Academy era de todo menos un colegio. Apenas un 20% de sus alumnos aprobaban los exámenes de reválida de final de ciclo, que incluye materias como Matemáticas y Lengua Inglesa. Había peleas con arma blanca, drogas, las bandas merodeaban el centro, las clases consistían en copiar textos de un libro…”. De este modo arranca Bagehot el reportaje en en el que cuenta en The Economist su experiencia personal en el centro (The Economist, Lessons from a great school, 04-02-2012). “Seis años más tarde, el 69% de los estudiantes aprueban la reválida, por encima de la media nacional, y eso que más de la mitad de ellos carece de recursos para pagarse la comida y dos tercios no tienen el inglés como lengua vernácula (…) Acaba de ser distinguida como ‘destacada’ por la inspección educativa. El lugar impresiona, rezuma optimismo”.
 La clave se encuentra en la autogestión: la conversión desde un modelo estatal a otro individual en el que cada escuela tiene libertad para adaptar sus métodos y profesorado a las necesidades del alumnado, siendo esos dos -personal y procedimiento- los factores críticos en el éxito de Paddington. Así, se buscaron maestros vocacionales, sin horario ni calendario, capaces de adecuarse al difícil contexto familiar y social y de hacer visibles y cercanos a los chicos y chicas los conceptos más abstractos. Y se les dotó de autoridad, tanto disciplinaria –horario, uniformidad, lenguaje- como práctica, con el fin de orientar su labor a la realidad profesional que espera a los estudiantes. Del texto se intuye cómo la suma de las dos llevó a la sustitución de la imposición por la persuasión, del cumplimiento por el convencimiento. Chulo, ¿eh? Hablamos de profesores.
 Un efecto inmediato fue que cada alumno se sintió valorado, siendo ésta una bola que se retroalimenta. Su expectativa personal crece, el nivel de autoexigencia aumenta y, con ella, la de todo el grupo. Prueba de ello es que la asignatura preferida de los alumnos son ahora las matemáticas. ¡Y hasta han pedido que se les imparta astronomía! Se fomenta la competencia como parte esencial de sus vidas del mañana y se les educa en la responsabilidad, entendida en su doble vertiente tanto de tutela de otros alumnos y del material, como de las consecuencias derivadas de determinados actos. Por último, Paddington usa signos externos que permiten suplir con sentido de pertenencia y orgullo escolar el gregarismo callejero con el que los chavales son permanentemente tentados. Hablamos de alumnos.
 Es evidente que un éxito excepcional como éste tiene un efecto inmediato sobre las familias involucradas. El interés del colegio por su situación, en beneficio del estudiante, permite abrir un canal de comunicación que, en el desestructurado entorno en el que Paddington desarrolla su actividad, ayuda a los padres a tomar conciencia de la apuesta individual del colegio, les impele a recuperar el valor de la educación como oportunidad de mejora y provoca que aumenten las facilidades que dan al estudio y la exigencia. Del mismo modo, la mejora educativa de los niños debería tener un efecto inmediato sobre el conjunto de los miembros del hogar, al mudar su nivel de aspiraciones al alza y generar un compromiso social, inexistente previamente en muchos barrios marginales de la periferia. Se cierra así el círculo virtuoso. Hablamos de padres.

jueves, 16 de febrero de 2012

Ahorrar

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            La actual obsesión por el ahorro llega hasta el disparate, se acortan las horas de calefacción, se pasa frío, algunos días -los lunes- mucho frío, peor casi que en los tiempos de Franco, cuando algunos de los que ahora somos profes éramos niños, se ahorra en papel, pidiendo, incluso, en algunos centros, que los chavales traigan el papel de los exámenes, cobrando las fotocopias tanto a los alumnos como a los profesores, haciendo que éstos paguen las excursiones extraescolares, apagando las luces de los pasillos, reduciendo la iluminación del aula a la mitad. Quizá había que reconducir las cosas, pero estamos perdiendo el sentido de la medida.

lunes, 13 de febrero de 2012

De la dificultad de aprender, y enseñar, a ser libres

Escribe Fermín Herrero, profesor, poeta (Norte de Castilla, 28.01.2012):

"Llevo ya tantos años dando clase, presuntamente, que salvo naves en llamas más allá de Orión y rayos C brillando en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhauser, he visto de todo, cosas que no creeríais. En relación con el título, por caso, he tenido en mi mano, sin dar crédito, un informe pedagógico en el que la palabra docente se alternaba, casi barajaba, con discente, para evitar la repetición, ya que quedaba claro por el contexto que el autor/a del documento, como rimbombantemente se denominan tales escritos, las consideraba sinónimas. He visto desaparecer el término maestro –a mí me gusta aún más pronunciado a la antigua usanza, maistro-, devaluado en progresivas degradaciones, aunque bien es cierto que a la vez periclitaba también el concepto de discípulo, hasta caer en profesional de la enseñanza en el que nos encontramos, que ya es el colmo. Y se quedan tan oreados los que con orgullo así se autocalifican. He oído, naturalmente, cosas que no os podéis ni imaginar, y no sólo por parte del alumnado, que también, como apostillaría Ferlosio. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia o palabras en el aula, pero la corrupción del lenguaje, como tantos han advertido a lo largo de la historia, nos llevará a la ruina. Y si no, al tiempo".


jueves, 12 de enero de 2012

Dar clase


Escribe en sus Memorias, Jean François Revel:
“No sólo es difícil [dar clases en enseñanza secundaria], sino agotador hasta un grado casi inimaginable para quien no ha ejercido nunca. Yo salía de mis cuatro horas de clase reventado para el resto del día. Este agotamiento de la energía nerviosa, más aún que las preparaciones y las correcciones, justifica las famosas vacaciones del cuerpo de profesores que los demás profesionales coinciden en considerar escandalosamente largas. ¿Las únicas horas de trabajo de un jugador de fútbol son las de los partidos? ¿Las de las representaciones, para un actor? ¿Y esas mismas horas no consumen más energía que las de la mayoría de los oficios? 
Dar clases es hacerse cargo durante nueve meses de la instrucción diaria de un grupo fijo de chicos y chicas sin contentarse con monologar delante de ellos, sino verificando casi cada hora si han asimilado o no lo que uno tenía la obligación de enseñarles. (…) Dar clase a lumnos no consiste sólo en interesarlos, sino en hacerlos trabajar y, si es necesario, obligarlos a ello. La ciencia y la paciencia del profesor pueden recorrer la mitad del camino para ir al encuentro del alumno, pero no pueden sustituir el esfuerzo inherente al acto de aprender. Nunca y hasta el fin de los tiempos ha habido ni habrá resultados en la educación a no ser que la otra mitad del camino sea recorrida por la curiosidad y la voluntad del alumno, cuyo interés podemos suscitar, pero cuya ausencia no podemos paliar. Es una estupidez demagógica proclamar que esta pasión siempre es innata. Exigirla, obtenerla, volverla atractiva, en eso consiste también el talento del pedagogo. Pero por muy entrenado que esté, ese talento nunca sustituirá del todo el tesón personal del aprendiz".

miércoles, 16 de noviembre de 2011

"Solo tendrían que pasar un día en un instituto..."


"Si encuentras algo que realmente le interese al alumno, ya te lo has ganado, ya no le importa las horas que tenga que echar, el trabajo que tenga que hacer”.
"Hay profesores que no entienden que un alumno puede ser intelectualmente muy bueno, pero académicamente muy malo, y no pasa nada".
"Solo tendrían que pasar un día en un instituto para darse cuenta... La gente no se cree que puedas salir sudando de una clase de 45 minutos". 
El año pasado había un chaval repetidor al que siempre estaban echando de clase por incordiar. En una de esas, el profesor le vio por el pasillo y le invitó a entrar en su aula, donde estaba enseñando investigación en ciencias sociales. Esto ocurrió más veces y, poco a poco, el chaval se fue animando; cada vez que le echaban de cualquier clase, se metía en la de investigación. Al final de curso, su trabajo sobre embriología (replicó, paso a paso, un estudio de Aristóteles sobre el desarrollo de los polluelos) acabó ganando el tercer premio en un certamen nacional. En torno a medio centenar han obtenido galardones, autonómicos y nacionales, por las investigaciones que han hecho con él.

jueves, 6 de octubre de 2011

Respondones

Es difícil, pesado, agotador, estresante, atajar el mal comportamiento en clase, el de chavales que por uno u otro motivo expulsan su desasosiego interior creando una atmósfera desagradable a su alrededor. El profesor tiene algunos medios para controlarlos, pero no siempre funcionan. La educación es un trabajo colaborativo donde participan administración, padres, compañeros. Se hace cuesta arriba cuando los padres no colaboran. Tengo en clase un alumno de ESO inquieto, respondón, que va a su bola. Le he mandado trabajos extra para casa, para reciclar su mala actitud, pero no me los trae. Su respuesta, el último día: mi padre dice que no los haga. Lo primero que me pasa por la cabeza, es que no puede ser, que no puede haber padres tan destructivos. Luego, me confirman que sí, que es posible, que los padres del muchacho son así. La educación no es, en general, cosa de estadísticas, sino de relaciones humanas complejas.

viernes, 30 de septiembre de 2011

Guardias de patio


En este instituto donde trasiego o me trasiegan se hacen guardias de patio. Se vigila a los chicos de la ESO para que no salten las vallas y se vayan a la calle. Ya se sabe que desde hace unos años los profesores estamos supliendo nuestra función principal por otra más cercana a la  de vigilantes y seguratas. A un antiguo director de otro instituto lo llamaban el guardián del calabozo. Pues bien, la vigilancia la hacemos de dos en dos, como parejas de la guardia civil. El otro día se me pasó por alto que me tocaba vigilar el patio y me quedé tan ricamente en el bar leyendo el periódico, función más acorde, claro está, con el antiguo papel del profesor, la de informarse. Mi compañero de patio, una de esas personas que siempre está pidiendo perdón por seguir vivo, un  individuo que no sabe vivir sin deponerse ante la autoridad, raudo y presto subió a jefatura, ¿dónde si no?, a decir que yo no había acudido a cumplir con mis deberes. A la vuelta, me pasé por ese lugar para comentarle a la subjefa de estudios, nueva en el cargo, siempre absorta ante el ordenador, pero con las antenas puestas, mi olvido. Y aquí viene la cosa, la degeneración del presente, el trastorno, la confusión. Me dijo: “Espero que no se vuelva a repetir”. Nunca antes había oído tal cosa, una humillación semejante a un compañero de tareas.

lunes, 13 de junio de 2011

"Poca cama, poco plato y mucho zapato"

Lo necesario que nos parecía superfluo. De ello nos habla Elvira Lindo: La mala enseñanza no solo nos hace perder el tiempo, nos roba felicidad futura.
Las marías. La gimnasia, los trabajos manuales, el dibujo. Ahora me doy cuenta de la falta que me han hecho esas tres disciplinas en la vida y de lo engorrosas que me resultaban en el colegio. Las marías. La odiosa clase de gimnasia con el potro de tortura; el último coletazo de la Sección Femenina en la de trabajos manuales, con la consabida canastilla; el dibujo lineal, en fin, me faltan las palabras para definir lo que sentía por el dibujo lineal. La psicomotricidad gruesa y la psicomotricidad fina. La maña, la destreza física. Cómo nos hicieron detestar cosas que luego desearíamos haber aprendido de otra manera. En la gimnasia se temía a la caída y al ridículo; a los trabajos manuales se les tomaba manía y eso que era lo más cercano al juego infantil; puede que la forma de evaluar el dibujo dividiera casi desde el principio a los torpes de los virtuosos. La consecuencia es que lo que uno deseaba era acabar cuanto antes con la pesadilla de potro-pino-láminas y dedicarse a cosas serias.

jueves, 19 de mayo de 2011

A viva voz

¿Cómo hacer que los estudiantes pierdan el miedo a hablar en público? A duras penas nuestros alumnos aprenden a escribir correctamente. Describir, narrar, analizar por escrito es una actividad que se empieza en la adolescencia y que habría que desarrollar a lo largo de la vida. Pero qué ocurre cuando tenemos que hacerlo de viva voz? Los adultos tienen muchas dificultades para contar con precisión lo que les ocurre, lo que han presenciado como testigos o lo que desean cuando se presentan ante una institución para ser atendidos. ¿Debemos potenciar hablar en público, el debate, o como en Italia y Francia volver a los exámenes orales en secundaria y en Selectividad?
"Cuando a un adolescente le llaman a la pizarra le embarga el pavor escénico. Es más que habitual que el reo esquive entonces la mirada, juegue con el boli, cruce los brazos, se atuse el pelo nerviosamente y no encuentre las palabras adecuadas para hacerse entender, sea gritando o para el cuello de su camisa. Veredicto: un cero en oratoria. La mayoría de los españoles no controla ninguno de los tres tipos de lenguaje: verbal (palabra), gestual o paraverbal (voz). Cuesta hasta levantar la mano para preguntar en clase".
"Hay que aprender a controlar la inteligencia emocional desde pequeños. Por ejemplo, en la guardería, trabajando la empatía. En Estados Unidos, a los 11 años los niños exponen en clase, debaten y cuando llegan a la Universidad ya están preparados" (Pérez de las Heras, autora de ¿Estás comunicando? y El secreto de Obama). "Los niños ven como un castigo salir a la pizarra y, por eso, para habituarles, deberían de explicarse delante de ella desde los tres años", ( Miguel Gómez-Aleixandre, profesor del club de debate del CEU-San Pablo). 

jueves, 10 de febrero de 2011

Deberes

Sobre los deberes para casa hay varias teorías. Alguna defiende que los ejercicios han de realizarse en clase. Eso lo pretendemos muchos. Pero qué sucede cuando los chicos no los acaban. Cada uno tiene su ritmo. En los grupos completos es difícil atender personalmente, muchos requieren que alguien esté al lado para comenzar a concentrarse. Yo opto por que los acaben en casa. Pero los que tienen dificultades en el aula, no suelen mejorar cuando trabajan en casa. He tenido entrevistas con muchos padres. Trabajan, no siempre están con sus hijos por la tarde. A veces los chicos están solos, a veces con los abuelos, a veces con hermanos mayores y otras veces son ellos los mayores. He oído a padres pedir que el instituto les proporcione un profesor particular a su hijo. Otros que piden un protocolo de actuación para ayudar a sus hijos en casa. "¿Qué puedo, qué debo hacer?" "Yo no puedo ayudarles", dicen algunos, "no tengo formación". Los hay que vienen desesperados, llenos de impotencia. Sin embargo, los padres son insustituibles. Es una obviedad. Estos días he optado por poner notas en los cuadernos de ejercicios para que los padres los vean, verifiquen que están acabados y los firmen. He visto algunas firmas sobre ejercicios inacabados y padres que preguntan si eso era cierto que el profesor pedía firmas.

martes, 1 de febrero de 2011

¿Cuál es la mejor forma de estudiar?

Habla el periódico de un estudio publicado en Science. Qué método utilizar para obtener mejor rendimiento en el estudio.
"Cuando los estudiantes tienen el material delante, creen que lo conocen mejor de lo que lo conocen de verdad. Muchos estudiantes no se dan cuenta de que guardar el material y practicar el recuerdo es una estrategia de estudio muy potente". Jeffrey Karpicke, psicólogo de la Universidad Purdue (EE UU), ha dirigido el trabajo, publicado en la revista Science.
¿Son los tests el mejor procedimiento? Parece que es mejor hacer tests que repasar, hacer pruebas cortas que repasar.
El tiempo que los estudiantes invierten en releer o revisar sus notas y material de enseñanza para aprender estaría mejor invertido en hacer tests periódicamente, según un experimento reciente. Los estudiantes que leyeron un texto sobre un tema científico y luego se hicieron una prueba para recuperar de la memoria lo que habían leído recordaron una semana después un 50% más que los que utilizaron cualquiera de otros dos métodos distintos.
En dos estudios distintos, participó un total de 200 estudiantes. Se utilizaron tres métodos: la lectura simple o repetida de un texto, la lectura con el complemento de elaborar mapas de concepto (un método de codificación que consiste en hacer diagramas de las conexiones de lo que se estudia) y la lectura y posterior práctica de la recuperación de los conceptos estudiados. Esto último consistió en que, sin el texto delante, los estudiantes escribieron lo que recordaban de este de forma libre en 10 minutos. A la semana se les hizo a todos un corto test para comprobar lo que recordaban.
"Muchos estudiantes no se dan cuenta de que guardar el material y practicar el recuerdo es una estrategia de estudio muy potente". 

viernes, 14 de enero de 2011

Informes, estadillos, planificaciones, estadísticas

Más sobre el informe PISA:
Pocos días antes de la publicación del informe PISA y de sus manifiestamente mejorables resultados tuve ocasión, por razones laborales, de entrar en un aula. Tras observar el panorama, de inmediato comprendí uno de los principales motivos del pésimo nivel que ostenta el sistema educativo español. Hallé un docente con unos 25 alumnos. Por su aspecto, el profesor parecía estar próximo a la jubilación, y digo "parecía" porque con lo que se avecina ni Zapatero intuye cuándo se jubilará. Junto a la mesa del profesor había un armario donde se amontonaban multitud de papeles: informes, estadillos, planificaciones, estadísticas y un largo etcétera. Este irresponsable docente tenía toda esa documentación relegada a un segundo plano, llegándose a jactar en un inoportuno comentario de su indolencia burocrática. Para que mejor comprendan su obsoleta actitud, su principal actividad consistía en dedicarse pacientemente y, eso sí, con mucho amor a corregir los ejercicios de sus alumnos, mirando libreta por libreta, señalando fallos e instando a corregir los errores, y asómbrense ¡algunos alumnos le hacían caso!
Ya es tiempo de que nuestras progresistas autoridades educativas acaben con estas irresponsabilidades, que anteponen la educación de los alumnos a la auténtica tarea del docente moderno y actualizado, que ha de ser primordialmente un mero rellenador de documentos para mayor gloria del político de turno.
MANUEL VILLENA LÁZARO - Granada - 21/12/2010.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Belén egipcio

Adrián felicita las fiestas:


Alberto también nos felicita la navidad.

jueves, 21 de octubre de 2010

Delegados

Elección de delegados. Un inusitado número de candidatos. La chica seria y lista, respetada, algo solitaria. Un chico inquieto, vivaracho, de los que no les gusta a los profes. El repetidor, que cree que se las sabe todas, del que se teme que haga labor de zapa. El que tiene problemas, familiares, de integración, con una personalidad en gestación, para el que el espacio del aula es demasiado pequeño, cuyo desasosiego incomoda tanto a los profes como a sus compañeros. Otros tres más de relleno, sin un carácter definido. Ha pasado una semana desde la presentación formal de candidaturas, con constitución de mesa electoral, con la más antigua y el más joven de la clase. Ha habido campaña a favor y en contra de los candidatos. Se reparten las papeletas. Los miembros de la mesa llaman a los votantes por lista, hacen el recuento, fijan los votos en la pizarra. Hay una lucha reñida entre la chica seria, el vivaracho y el repetidor. También yo tengo mis preferencias, aunque no he hecho ningún gesto que demuestre mis gustos. Sin embargo, mientras se va decantando la elección hacia la chica seria y empatan los otros dos, pienso que me hubiese gustado que ganara el chico con problemas, el de difícil integración. No se votó él únicamente, otros dos o tres lo votaron. Vi en sus gestos y movimientos su deseo de ganar, de sentirse arropado por la clase. Hubiese sido importante para él, pero lo tenía todo en contra, lo tiene todo en contra, los informes escolares, su historia familiar, las prevenciones ante su rendimiento y comportamiento. La institución lo ha señalado como problemático, bajo capa de buenas, conmiserativas palabras.

lunes, 28 de junio de 2010

¿Por qué se aprende tan poco en el sistema escolar?

¿Sirve para algo la escuela, ha cambiado algo un modelo que nació en el siglo XIX? ¿Por qué se aprende tan poco en el sistema escolar? Una buena pregunta, de difícil respuesta. En el vídeo que aparece tras el enlace, un profesor de Sevilla, Francisco F. García Pérez, reflexiona sobre la inutilidad de la escuela tal como la conocemos: alumnos encerrados en edificios inadecuados, en aulas pequeñas, apretados, anclados durante horas, sin apenas movilidad; un tipo de conocimientos que poco tiene que ver con las necesidades de la vida real o para entender lo que nos sucede y un modelo de enseñanza viejo, el del profesor que sabe transmitiendo un saber que atesora a quien está en proceso de aprender con pocas o ninguna posibilidad de interacción o de estímulo. Eso sin tener en cuenta el marco legislativo tan cambiante como poco innovador, la sociedad tan presta a culpar al sistema educativo como incapaz de verse reflejada en él o la mala formación de los educadores que no acaban de adaptarse a las nuevas situaciones sociales y económicas. Reflexiones necesarias y urgentes para acabar el curso.

miércoles, 2 de junio de 2010

La Educación en Cinco palabras

Este es el estado actual de la cuestión educativa, en cinco palabras: Trinomio, Disruptivo, IPAD, Inconformismo y Reconocimiento. 

Cinco palabras que adquieren sentido en un contexto. Así que busquemos contextos. 

1. Disruptivo refleja una inquietud. Es una palabreja que importaron del inglés en los noventa los psicopedagogos, en su afición por el eufemismo, es decir, para ocultar la realidad. Podríamos traducir disruptivo por perturbador. El miedo del profe ante la clase, antes los alumnos nuevos, sobre todo a comienzos de curso. ¿Cuántos alumnos disruptivos tendré en clase? Claro que también los alumnos podrían hablar de profes disruptivos. Ese es un asunto no resuelto.

2. El ideal educativo es que el Trinomio funcione. La Educación no funciona sin la suma de estos tres términos: padres, profesores y alumnos.

A los padres algo angustiados últimamente les resulta difícil encontrar el equilibrio. ¿Cómo dejar a los hijos a su aire, pero sin perderles de vista? Equilibrio, esa es la cuestión.

Los Profes, ¿qué puedo decir yo de ellos sin que tenga que hablar de mí mismo? Profes y corporativismo, he aquí un binomio que siempre resta. Médicos y corporativismo, políticos y corporativismo, controladores y corporativismo, recogedores de pelotas del Barça y corporativismo. Siempre tirando balones fuera. Así que no soy el más capacitado para juzgar. ¿Y qué decir de los alumnos? Ahora voy con ellos.

3. IPAD. ¡El IPAD es el objeto de deso! Es lo que me gustaría ver en clase. Imaginad una clase sin libros, ni cuadernos, ni lápices, ni bolis. Tan sólo un macutillo con el IPAD dentro. Si la crisis nos lo permite, dentro de poco, todos iremos armados con el artilugio. ¡No hagáis mucho caso de los que maldicen de la tecnología, son unos inadaptados o unos envidiosos!

4. Inconformismo, es lo que los alumnos necesitan. Esta es la generación de la crisis. Cuando salga de la Universidad o de la Formación Profesional el camino estará un poco más despejado que ahora. Para entonces, la vieja clase política, empresarial y periodística habrá pasado a mejor vida. Eso espero. Los actuales alumnos van a ocupar su lugar. No han de temer a la crisis, porque va a ser una grandísima oportunidad. Espero que hinquen los codos, se preparen, y se hagan valer allí donde les toque trabajar o dirigir. Que no permitan que alguien que valga menos que ellos les pase por delante. Sin igualdad de oportunidades no hay democracia. Ese es el lema de este tiempo, sin igualdad de oportunidades no hay democracia. El país depende de los actuales estudiantes.

5. Y por último, Reconocimiento. Muchos profesores se están dejando la piel lidiando con una generación difícil, en una sociedad en velocísimo cambio, luchando con armas viejas, cargando sobre sus espaldas el fracaso escolar y el social. Alguna vez, alguien, alguna autoridad debería reconocerles, en vez de echarles a los pies de los caballos, culpándoles de todo, llamándoles vagos, rebajando su magro salario porque lo tienen bien merecido.

lunes, 12 de abril de 2010

A los niños les gustan las muñecas y a las niñas los coches

Los cuentos infantiles.
"Casi todas las historias colocan a las mujeres y a las niñas en una situación pasiva en la que el protagonista, generalmente masculino, tiene que realizar diversas actividades para salvarla". (Luz Martínez Ten, secretaria de Políticas Sociales de FETE-UGT).
¿Eran Hans Christian Andersen, los hermanos Grimm o Charles Perrault unos machistas incorregibles, que bajo sus inocentes historias seguían un perverso programa para sostener y reproducir la sociedad patriarcal? Por supuesto que no, dicen los responsables del Ministerio de Igualdad, el Instituto de la Mujer y el sindicato FETE-UGT, son perfectamente corregibles.
"Que a las niñas les gusten las muñecas y a los niños los coches, y que las enfermeras sean mujeres y los mecánicos, hombres, es cuestión de educación".
Así que a corregir Cenicienta, Blancanieves y Hansel y Gretel, para fomentar la igualdad y prevenir la violencia de género. Para ello editan una guía para el profesorado, Educando en la Igualdad, 42.000 ejemplares a repartir en las cuatro lenguas del Estado.


Los niños corren y nos jalan el cabello”, “los niños nos pellizcan a las niñas”, “los niños nos pegan”. Así responderían las niñas cuando los psicopedagogos les preguntan sobre el tema. A partir de encuestas como esa los responsables de Educación quieren que los profes intervengamos en el asunto pues:
"La educación es el instrumento para conseguir una igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres", (Isabel Martínez, secretaria general de Políticas de Igualdad).
Aquí un ejemplo de cómo modificar el cuento clásico, La cenicienta que no quería comer perdices.