Mostrando entradas con la etiqueta psicopedagogia. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta psicopedagogia. Mostrar todas las entradas

lunes, 25 de marzo de 2013

Cambio de paradigma en educación


Cambio de paradigmas de la educación (Ken Robinson - RSA Animate)




lunes, 21 de mayo de 2012

Ocho propuestas para mejorar el sector educativo


            Treinta expertos del ámbito académico publican un manifiesto que busca mejorar elrendimiento de la educación en España.


            El manifiesto, que incluye ocho propuestas para mejorar el sector educativo, aboga por un sistema con autonomía y control externo de resultados, que tenga en cuenta las necesidades específicas de los alumnos, “uno de los retos más importantes”, y evalúe el comportamiento de profesores, centros y estudiantes.

            “El mensaje central” del manifiesto es que todas las medidas que se tomen deben ir encaminadas a dar más autonomía a los centros y los poderes educativos, y deben exigir responsabilidades “para que los actos tengan consecuencias” (Antonio Cabrales, catedrático de economía de la Universidad Carlos III de Madrid). En ese sentido, los firmantes del manifiesto piden un mayor control sobre los profesores y los alumnos.

            “Sería útil que el comportamiento y la disciplina de los alumnos tengan consecuencias”. El manifiesto propone en concreto que al final de la educación primaria y secundaria se establezcan pruebas estandarizadas “cuyos resultados tengan efectos académicos”. También insiste en la necesidad de reforzar la autoridad del profesorado, dado el “nivel preocupante de mal funcionamiento debido a problemas de comportamiento” de la escuela española.

            Respecto al profesorado, los firmantes creen que se debe identificar a los buenos y malos profesores, midiendo el rendimiento de los mismos. Es necesario incentivar al profesorado, mediante promociones y ascensos de categoría, para evitar, tal como explica el manifiesto, que la carrera de los profesores y los directores de centro “dependa exclusivamente del mero paso del tiempo y de su participación en actividades formativas regladas”.

miércoles, 2 de mayo de 2012

«En el futuro no habrá piedad con quien no aproveche las oportunidades»



            José Antonio Marina, filósofo y pedagogo, ha creado la Universidad de Padres, una institución que ayuda a familias a sacar lo mejor de los hijos. Publica Lainteligencia ejecutiva (Ed. Ariel):

            “[La Universidad de Padres] Es un proyecto que les ayuda a educar a los hijos, porque en el futuro no habrá piedad con quien no aproveche las oportunidades. Dejarles un capital educativo es la mejor herencia. Y una cosa es la instrucción académica y otra la formación del carácter. De nada sirve que un niño sepa matemáticas si se pone nervioso en un examen. Son competencias básicas que integran las tres etapas por las que ha pasado la psicología educativa: el conocimiento más racional, que fue la psicología cognitiva; luego la educación emocional; y ahora, gracias a la neurología, vemos que es necesaria una inteligencia más integradora: la inteligencia ejecutiva, que dirige y gestiona a las otras dos y consiste en elegir las propias metas y gestionar los recursos para realizarlas”.

            “Se ha descubierto que en la evolución del cerebro humano creció una zona, el lóbulo frontal, que es mayor que en otros animales y organiza sus funciones. Ese director de orquesta es la sede de la inteligencia ejecutiva. Pero esa capacidad la adquiere el niño mediante la educación. Es como la facultad del lenguaje: todos nacemos con esa facultad, pero si nadie nos habla, no hablaremos nunca. La educación es la que define las estructuras cerebrales”.

            “No tener en cuenta esta inteligencia ha sido un error. Todos los niños nacen con su atención centrada en lo que les gusta, impulsivos y caprichosos, y deben aprender a controlar sus impulsos. Ahora lo hacemos mal y por ello tenemos un porcentaje muy alto de trastornos de atención. Son fallos en su inteligencia ejecutiva. Hoy tienen demasiados estímulos y esa sobreestimulación, sin una inteligencia ejecutiva, hace fallar el conjunto. Son niños que reaccionan rápido, pero luego no recuerdan nada”.

            “Ya sabemos que las nuevas tecnologías conllevan una nueva gestión de la memoria y la atención. Los niños son hábiles para hacer multitareas, pero el canal que lleva toda esa información a la memoria a largo plazo no se amplía y queda en un corto plazo que sirve para poco. Hay que luchar contra la idea de que todo está en internet y no es preciso memorizar. Enseñarles a discernir lo que deben recordar y lo que hay que saber buscar. No se trata de sobrecargar la memoria, sino de recuperar lo aprendido. Los neurólogos han visto que lo que distingue a unas personas de otras es su capacidad de activar la memoria necesaria en ese momento. Sin embargo, las asignaturas en el sistema educativo son estancas, no hay transferencia de esa memoria de trabajo, una función fundamental”.

            “[Las ocho funciones de la inteligencia ejecutiva:] el control de impulsos, centrar la atención, la gestión emocional, tener metas lejanas, ser capaz de iniciar la acción y perseverar en ella, tener flexibilidad mental, la memoria de trabajo y la llamada metacognición, que es la reflexión interior sobre cómo pensamos”.

            “Empieza a adquirirlas desde los seis meses. Ya entonces debe empezarse a fijar límites. Los 20 meses son importantes a nivel neurológico: es cuando se establecen enlaces entre lóbulo frontal y los centros emocionales y las últimas investigaciones indican que un entorno educativo favorece cómo se crean estas vías, que acaban de madurar en la adolescencia. Ahora se ha comprobado que esos lóbulos frontales retrasan esa maduración a los 20 años, y se debe a que no estamos educando a los hijos en la responsabilidad. Luego la educación está en el núcleo duro de la formación física del cerebro. Por ello es importante enlazarla con la neurociencia. Hay muchos problemas mentales relacionados con el mal desarrollo de las funciones ejecutivas”.

            “La plasticidad del cerebro humano dura toda la vida, con distintas intensidades. Las nuevas técnicas de exploración del cerebro han comprobado que las terapias cambian la estructura del cerebro. Pero es mejor educar que reeducar”.

            “Tanto el déficit de atención como la hiperactividad son trastornos de funciones ejecutivas mal desarrolladas. Hemos tenido generaciones de niños caprichosos porque se creía que poner límites era malo. Un error. Ahora hay más hiperactivos, entre el 10 y el 12% de la población escolar. Ahí se incluyen trastornos biológicos, que deben tratarse con anfetaminas, y los de atención, que requieren métodos como las autoinstrucciones”.

            “[De mayores serán] Muy vulnerables porque no aprenden a soportar la frustración. Vivirán sólo el presente y tendrán más dependencias porque cuanto más débil sea su estructura ejecutiva, más se agarrarán a algo que les organice la vida. Si a ello se une la falta de empatía por el dolor ajeno, el 50% serán agresivos. Es un problema que se agrava en Secundaria. El recorte de fondos en educación no ayuda. Éste es un buen momento teórico y malo práctico”.

            “[Los padres] Hay un 10% de negligentes, otro 30% de excesivamente permisivos y un 20% de autoritarios. Los de mejor nota son los afectivos y exigentes, el otro 40%. Pero muchos no saben hacerlo mejor. Por eso triunfa la Universidad de Padres. Además, no son los únicos responsables. El entorno cuenta y es importante influir también en él”.

miércoles, 25 de abril de 2012

Chicos delincuentes


Escribe Elvira Lindo:


 Incluso desde algunas mentes que se consideran a sí mismas progresistas solo cabe una solución para los niños-adolescentes asesinos o ladrones: la cárcel sin fecha de caducidad. A nadie le importa pararse a pensar que la ley del menor falla más que una escopeta de feria, que escasean los medios económicos, que la fiscalía del menor permite que las salidas y entradas de los jóvenes delincuentes se conviertan en un hervidero de periodistas, que los medios sensacionalistas tienen el derecho a espiar en todo momento la nueva vida de los recién liberados, vulnerando así su capacidad para reconstruirla. Pienso en todo eso mientras veo, con el corazón encogido, una película belga de los hermanos Dardenne, El chico de la bicicleta.
 Luis Salvador Carulla, que ha venido a EE UU a recibir en Harvard el Premio Leon Eisenberg, me dice que muy pocas veces ha tenido al otro lado de su mesa un paciente en el que se transparentara la capacidad de matar. Y en cuanto a los niños-jóvenes delincuentes, reflexiona con un espíritu carente de la furia propia de estos tiempos: “No me gustaría estar en la piel de quienes tienen que juzgar sobre su futuro…”. Me contaba el doctor Carulla que en los años setenta era frecuente enviar a individuos con serios problemas de personalidad a trabajar en kibutzim en Israel. El ambiente de trabajo al aire libre, de orden y de estricto cumplimiento de las obligaciones tenía un efecto muy beneficioso en esas mentes desordenadas.
 En El chico de la bicicleta, el niño desolado y furioso por el abandono de su padre vive una suerte de resurrección. Intervienen en ella los asistentes sociales y una mujer que se entrega, con una generosidad que debe tener su origen en una infancia parecida, a la rehabilitación de ese corazón herido. Son temas que en un momento de crisis como vivimos sospecho que no interesan a nadie, salvo, como decía, cuando aparecen en los periódicos salpicados de sangre, y que nos permiten, desde el mundo de los justos, escupir ese insulto que nos quema por dentro. Cadena perpetua, pena de muerte, prisión permanente revisable, y solo de vez en cuando, un reportaje de fondo como el que el otro día aparecía en The New York Times: ¿qué se hace con una población carcelaria envejecida que sufre las mismas enfermedades de los viejos que mueren en libertad? Presos viejos, enfermos de alzhéimer, de demencia senil, de sida, de huesos… Viejos como todos los viejos. Hay veces que pienso que esos ciudadanos cargados de razón desearían que los adolescentes que hoy delinquen se convirtieran en esos ancianos que en países como EE UU mueren entre rejas. A todos esos justos yo les recomendaría que fueran a ver El chico de la bicicleta. El psiquiatra Carulla decía que los cuentos tienen una capacidad de representación que ayudan a entender el mundo. Aunque siempre es más cómodo tener el juicio formado antes que ponerse a pensar. ¡A un español le vas a decir tú que cambie de opinión!

jueves, 15 de marzo de 2012

La psicopedagogía como ideología


            "Me interesa sobre todo lo que se refiere a la educación. En este tema, el Derecho, como no podía ser menos, ha seguido las indicaciones de los psicólogos y pedagogos, que en este asunto no han andado muy finos. Como reacción a una educación autoritaria se impuso una educación permisiva. Aquella se basaba en dos pilares: deberes y obediencia. Ésta, en otros dos: libertad y derechos. El disparate del que somos víctimas procede de que necesitamos los cuatro pilares. Este cambio afectó al Derecho. El concepto de patria potestad pertenecía a la época autoritaria y fue sustituido por el mejor interés del menor. El prohibido prohibir se convirtió en un falso dogma. Se extendió la idea de que los padres siempre son culpables. Lo dijo Freud, lo repitió torpemente la generación del 68, lo aceptaron muchos psicopedagogos -como Françoise Dolto- y al final ha penetrado la jurisprudencia, que tal vez subliminalmente piensa: en caso de duda, los padres son culpables. «¡Familias, os odio!», gritó André Gide, premio Nobel de literatura, y extravagante pedagogo.
William Damon, uno de los grandes psicólogos educativos en la actualidad, ha llamado la atención sobre los perjuicios que han causado a los niños la pedagogía «centrada en el niño».
Creo que es necesario recuperar la sensatez educativa. Y esa nos indica que el premio y el castigo son herramientas pedagógicas ineludibles, pero que deben saber utilizarse bien, como todas las herramientas. No se puede atornillar con un martillo, ni clavar un clavo con un destornillador. Afortunadamente, hay indicios de que estamos volviendo al buen camino… que no existió nunca. Lo estamos inventando. La nostalgia educativa es una farsa. Nunca hemos tenido mejor escuela que ahora".

lunes, 5 de marzo de 2012

Criando un bebé


Escribe Elvira Lindo:
"Ahora hay un libro, Criando un bebé, de una americana llamada Pamela Druckerman, que está trayendo cola. La señora Druckerman ha tenido a bien ser madre en Francia y se dedica a comparar el temple de los padres franceses con el carácter histérico con que las americanas están abordando la maternidad. La teoría druckermaniana es que los franceses, cuando son padres, no renuncian ni a sus derechos ni a su ego, y en absoluto ponen a los niños en el primer puesto de sus prioridades. Con este talante, según la autora, los galos consiguen que los niños sean menos coñazo que los niños americanos, más sufridos y más independientes, y que las mujeres no abandonen su sex appeal en el minuto uno de su embarazo. Algo de razón tiene la escritora, aunque en descargo de las madres americanas haya que decir que tienen razones para estar más histéricas puesto que su maternidad está menos protegida que la francesa. Aun así, es curioso cómo han saltado las críticas en la prensa. Un periódico tan templado como The New York Times publicaba una crónica defendiendo la educación de los niños americanos de una manera bastante cómica. Pero, en el fondo, bajo la indignada reacción, se percibe siempre un tufillo de envidia. Ay, quién pudiera saber disfrutar de la vida como ellos. Beber vino a diario y no ser alcohólico, comer quesos cremosos con higos y nueces y pan y chocolate y no ser gordo, fumar en casa de un amigo sin pedir permiso ni ser considerado un depravado, gastar en cremas y peluquerías sin sentirse culpable, tener escarceos fuera del matrimonio sin ser por ello apartado de la carrera política, darle un cachete a un niño y no por ello ser acusado de maltratador, tener el derecho a decirle a tu criatura que eres tú quien pone las reglas, así que vete a tu cuarto mientras hablo con la visita: ser francés, en suma, que también es una lotería, como tener revelaciones. Yo tengo mi propia experiencia al respecto: anduve una semana de visita por liceos franceses y disfruté viendo cómo los niños llamaban de usted al profesor y cómo intervenían educadamente en la charla. Pero no lo conté ni lo contaré nunca porque aquí también nos enfadamos si alguien pone en cuestión a nuestros niños. Y más nosotros, que tuvimos una oportunidad histórica de ser franceses, pero, como todo el mundo sabe, la Virgen del Pilar estuvo en desacuerdo".

miércoles, 29 de febrero de 2012

¿En qué ha cambiado la escuela?

Se pregunta el articulista si realmente la escuela ha cambiado tanto como la espuma del día aparenta, si las conexiones y los artilugios electrónicos expanden la conciencia o bien son un rebuzno aparatoso. No está mal como pregunta.
¡Qué agobio llevo con los exámenes, de verdad! Parece que nunca se acaban, y eso que empecé la semana pasada. Salgo del examen de Física, me meto en el de Filosofía. Salgo del de Filosofía, entro en el de Mates. Como las mates tampoco parece que van muy bien, al final salgo de todos los exámenes con la misma pregunta: ¿qué demonios estoy haciendo?
Salgo de un examen y ya ni recuerdo el porqué del idealismo trascendental kantiano, o del eterno retorno, de los vectores, del tiro parabólico y de todas esas cosas de las que me evalúan. Os prometo que si me vuelven a evaluar en tres meses no tendría ni puñetera idea. Lo peor es cuando llega la nota. Después de haberte matado a estudiar como un idiota el cabrón de Perales me pone un 6. Por favor. Un 6, si ese examen era una obra maestra, el summum del control. Por favor…
¿De verdad una nota es lo que dice que yo sé de matemáticas o de filosofía? Voy a ir más lejos. ¿Por qué no se hacen exámenes en grupo? ¿Por qué nos evalúan a sabiendas de que se nos va a olvidar? ¿De qué me sirve esta materia para el futuro? A veces pienso que los profesores no leen mis trabajos. A Declan se le ocurrió escribir entre líneas “profesor joputa” a ver si se cosca, pero descarto la opción porque es una tontería y no me apetece que me expulsen.
Y las tutorías no ayudan
No es la primera vez que digo que los métodos de evaluación deberían ser distintos. Una nota es sólo un número impersonal que a partir del 5 indica que ya he superado los requisitos mínimos de esa asignatura. Pero no dice nada de si soy creativo, si tengo iniciativa, si me esfuerzo,  mi bagaje interior… Y las tutorías poco o nada ayudan. Escuché a un hombre una vez decir que se enseñan contenidos del siglo XIX, impartidos por profesores del XX para chavales del siglo XXI.

¿Por qué en 200 años de historia de educación universal no sería raro para un chico del pasado asistir a clase? Porque podremos haber introducido proyectores, ordenatas, pero ir a clase sigue siendo al fin y al cabo lo mismo. No ha cambiado un ápice desde que se generalizó. ¡Y esto no puede permanecer así! En 20 años se ha revolucionado la forma de comunicarse y en 200… ¡no se ha podido ni cambiar la forma de educar! Al menos tengo la libertad de sentirme libre de cómo enfrentarme a todo ello ;)

jueves, 23 de febrero de 2012

Un cachete o buen rollito

Escribía Arcadi Espada:


Hace 30 años Suecia decidió ilegalizar la zurra e instruyó a los padres para que se deshabituaran de la práctica. En pocos años la violencia adolescente aumentó de modo considerable. No atribuiré una relación de causa/efecto a las dos decisiones porque no me parece probada. Si las pongo juntas es porque hay quien atribuye a la zurra la fabricación de adolescentes vándalos, con pruebas que aún me parecen más inconsistentes.
Respecto a la conducta de los adolescentes lo más sensato y científico que he leído nunca son las tesis de la eminentísima Rich Harris que atribuye a los genes y al grupo de iguales (los amigos, para abreviar) la conducta y que relativiza la importancia de la educación. Aunque contraintuitivos, sus argumentos son sólidos y me hacen ser escéptico ante el valor educativo que tengan una zurra o una parábola socialdemócrata. Por tanto hay que matizar la utilidad de los cachetes que Giovanni Colasante le propinó a su hijo y que le han costado unas cuantas noches de calabozo sueco. No creo que la zurra ni su ausencia sirvan a la pedagogía. Pero eso no quiere decir que no sirvan al orden.
Parece que cuando una casa se llena de hijos cualquier actitud o gesto debe servir a su educación. Se produce así esa puerilización de la vida que consiste en que el sol paterno gire permanentemente en torno de la tierra infantil. La primera vez que llevé a mis dos gemelas al pediatra aquel hombre quiso instruirme: «Son dos personas y si una quiere comer a las 3 de la madrugada y otra a las 5 deberá respetarlo.» Lo miré fuertemente y le dije que la primera condición para que las gemelas comiesen es que sus padres sobrevivieran a la crianza. Y el rancho se sirvió siempre a una hora.
La pedagogía es un estupendo asunto, quién puede dudarlo. Pero a veces hay que tomar decisiones. Puede que antipedagógicas, pero imprescindibles para continuar con vida, y así poder seguir siendo pedagógicos. Entre ellas la de coger por los pedúnculos al niñito que se ha parado, exactamente, como un burro en medio de la calle y llevarlo por la fuerza, exactamente, al restaurante. Se trata, sin duda, de un momento desagradable. De una doble humillación de egos. Del hijo, reducido por la fuerza, y del padre, que ha tenido que acudir a la fuerza. Cualquier sociedad justa aplica la fuerza cuando se quiebra la ley. Una fuerza proporcionada. Pero justificada por algo que todo tipo de suecos se niegan a reconocer: no siempre un niño es inocente.

lunes, 13 de febrero de 2012

De la dificultad de aprender, y enseñar, a ser libres

Escribe Fermín Herrero, profesor, poeta (Norte de Castilla, 28.01.2012):

"Llevo ya tantos años dando clase, presuntamente, que salvo naves en llamas más allá de Orión y rayos C brillando en la oscuridad cerca de la puerta de Tanhauser, he visto de todo, cosas que no creeríais. En relación con el título, por caso, he tenido en mi mano, sin dar crédito, un informe pedagógico en el que la palabra docente se alternaba, casi barajaba, con discente, para evitar la repetición, ya que quedaba claro por el contexto que el autor/a del documento, como rimbombantemente se denominan tales escritos, las consideraba sinónimas. He visto desaparecer el término maestro –a mí me gusta aún más pronunciado a la antigua usanza, maistro-, devaluado en progresivas degradaciones, aunque bien es cierto que a la vez periclitaba también el concepto de discípulo, hasta caer en profesional de la enseñanza en el que nos encontramos, que ya es el colmo. Y se quedan tan oreados los que con orgullo así se autocalifican. He oído, naturalmente, cosas que no os podéis ni imaginar, y no sólo por parte del alumnado, que también, como apostillaría Ferlosio. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia o palabras en el aula, pero la corrupción del lenguaje, como tantos han advertido a lo largo de la historia, nos llevará a la ruina. Y si no, al tiempo".


jueves, 19 de enero de 2012

Por una educación liberal

Jean François Revel:
"… el núcleo duro de la enseñanza y el periodismo, el deber sin el cual no son más que un desfile de máscaras: el servicio de la verdad, o al menos el firme propósito de servirla. Me ahorraría este truismo si los responsables de la enseñanza no cedieran periódicamente a la tentación de transformarla en instrumento de propaganda y adoctrinamiento. En el periodismo se trata de una inclinación conocida y de la que desconfían los lectores. En cuanto a las falsificaciones de la enseñanza, desgraciadamente la desconfianza protege menos a los jóvenes. Su ignorancia les hace vulnerables, algo de lo que pueden abusar los profesores cargados de ideología y henchidos de autoridad, tal como hicieron en Europa Occidental después de 1968, cuando consideraron que tenían por misión convertir a toda la juventud al socialismo. (…) El odio a la libertad a veces se enmascara como su defensa. La diferencia entre la educación totalitaria y la educación liberal estriba en una distinción de lo más sencillo: la primera prescribe lo que hay que pensar; la segunda cómo pensar. (…) En las civilizaciones adulteradas por la ideología, los dos sacerdocios de la información –la educación y la comunicación- se degradan necesariamente juntos. El profesor trasmite a sus alumnos y el periodista a sus lectores no lo que saben que es verdad, sino lo que quieren hacerles creer. Les ocultan lo que desean que sigan ignorando".

lunes, 16 de enero de 2012

Inteligencia emocional en las aulas


           Extraigo de un artículo periodístico este comentario: 
Hillary Clinton tiene 64 años, una ética del trabajo calvinista, la resistencia de una atleta olímpica, una inteligencia emocional que se corresponde con su coeficiente intelectual, y los instintos políticos de un Clinton. Tiene una capacidad de empatía impresionante -inestimable en la política o el arte de gobernar- para imaginar cómo ve el mundo un aliado o adversario. Escucha y aprende de sus errores. Era una presidenta perfectamente plausible hace cuatro años, y eso era antes de que mostrase sus dotes como encantadora de serpientes diplomática”. 
          Parece, pues, según el periodista, que la Clinton se adapta mucho mejor que la mayoría a las contingencias de la política. El mero cociente intelectual no es signo definitivo para calibrar la valía de una persona, hay que añadir la llamada inteligencia emocional. ¿Qué es eso?
          El primero en hablar de inteligencia emocional fue el psicólogo Edward en 1920 que describió la inteligencia social como la habilidad de comprender y motivar a los demás, aunque quien popularizó la expresión fue Daniel Goleman. Según Goleman,
“El cociente intelectual sólo predice entre el 4% y el 10% del éxito profesional; el resto depende de variables como la familia, el azar y la inteligencia emocional”.
           Algunos colegios e institutos en España han comenzado a enseñar a los niños y a los adolescentes a controlar sus emociones, a regular sus miedos, a expresarse mediante todas las facetas de su personalidad.
José Antonio Marina habla de educar el carácter como objetivo prioritario de la educación, por ejemplo reforzando actividad frente a pasividad, seguridad frente a inseguridad, autonomía frente a dependencia, optimismo frente a pesimismo, sociabilidad frente a insociabilidad, valentía frente a cobardía, creatividad frente a rutina, responsabilidad frente a irresponsabilidad, ánimo frente a depresión.

viernes, 13 de enero de 2012

¡Enseñar! Este arte no se enseña


Escribe en sus Memorias, Jean François Revel:
Enseñar! Este arte no se enseña. Lejos de los pomposos rebuznos y de las pesadas divagaciones verbales con que las teorías la han embotado, la pedagogía práctica está hecha en su mayoría de procesos humildes y simples que se improvisan en la práctica. La pedagogía teórica se reinventa precisamente cuando nadie sabe enseñar. Un ejemplo minúsculo: tanto en calidad de antiguo alumno como ahora de profesor, había constatado que muchos alumnos no conseguían seguir la clase porque en lugar de concentrar su atención en el contenido de lo expuesto estaban demasiado ocupados en tomar apuntes. Perdían el hilo del pensamiento y el desarrollo del discurso. Atrapaban al vuelo palabras sueltas y no ideas, preguntaban en voz baja a su alrededor: ¿Qué ha dicho? Y se inclinaban sobre el cuaderno de sus vecinos para copiar al azar y presos del pánico lo que veían allí escrito sin comprenderlo. Así que adopté el método de prohibir a mis alumnos tomar cualquier tipo de apuntes durante la primera hora de la clase, para que se concentraran al máximo escuchando la enunciación y el desarrollo del tema expuesto, con el único propósito de que se impregnaran de ello, de que captaran lo esencial, los argumentos y los encadenamientos, aunque tuviesen que preguntarme al final sobre los aspectos que les habían quedado menos claros. Cuando había terminado, volvía al tema con lentitud y brevedad para permitir que lo recogieran a grandes rasgos sobre el papel sin confundir lo principal y lo accesorio, el fondo y la formulación, la idea y el ejemplo. Al final podían hacerme más preguntas. Al día siguiente era yo quien les preguntaba para controlar hasta que punto lo habían asimilado". 



miércoles, 11 de enero de 2012

Los niños que tienen todo lo que quieren no son felices ni sanos


Amy Chua, politóloga y jurista de Yale -En  Madre Tigre, hijos leones, Temas de Hoy, cuenta sus experiencias educativas con sus hijas-, se ha hecho famosa en EE UU, y en el mundo, por sus opiniones sobre educación, contraponiendo la blandura de Occidente frente a la exigencia de los padres orientales: si Asia triunfa es porque los niños occidentales están siendo malcriados. La entrevistan en El Mundo (7/01/12): 
“En la escuela a la que iban mis hijas, ¿sabe cuántos niños estaban con medicación, con ansiolíticos o con antidepresivos? Los niños que tienen todo lo que quieren, no son felices ni sanos. La gente que ha tenido una infancia en la que se le consintió todo acaba teniendo dificultades para tener relaciones estables, se divorcia…”.
 “No hay manera de evitar arrepentirse de cosas en la educación de tus hijos. En el libro, justo en el capítulo siguiente al que dedico a hablar una y otra vez de la autoestima, Lulu me dice en la Plaza Roja, en una visita a Moscú: «Te odio, odio a mi familia, has destruido mi autoestima». Justo cuando pensaba que lo había sacrificado todo por mi familia –incluyendo mi carrera profesional– Lulu me dice: «Eres egoísta, eres una madre horrible. Todo lo que dices que hiciste por mí en realidad lo estabas haciendo por puro egoísmo».
 “No creo que se pueda decir: «Los niños chinos son desgraciados y los occidentales, felices ». Insisto: creo que es erróneo pensar que si dejas a tus hijos una libertad plena para que persigan todos sus intereses, serán más felices. He conocido a gente cuyos padres eran muy estrictos y, sin embargo, le tienen un resentimiento profundo. Pero también lo opuesto: personas con padres liberales que no les habían hecho felices”.
 [Los peores padres] “Los indiferentes. Los que dicen: «Quiero que saques las mejores notas». Y luego se van de copas. Si pones muchas expectativas –y, por tanto, mucha presión–, en tu hijo, debes estar ahí para apoyarle. O al menos para ofrecerle apoyo emocional”.

viernes, 16 de diciembre de 2011

"La tecnología es una distracción cuando lo que necesitamos es lengua, matemáticas y pensamiento critico"


¿Es la tecnología la solución a nuestros problemas en el aula? Un artículo en el New York Times pregunta sobre ello.

"En un aula de estudiantes autónomos con conexión a Internet, el papel del docente reside solo en ofrecer una sutil dirección.

La Waldorf School of the Pensilvania, ubicada en el corazón de Silicon Valley, tiene entre sus alumnos a los hijos de muchos empleados de gigantes de la tecnología como Google, Apple, Yahoo y Hewlett-Packard. Pero en la escuela no hay computadoras, y se desalienta su uso hasta en casa. Alan Eagle, que trabaja en Google, no teme que sus hijos queden rezagados. "En Google y todos estos lugares hacemos que la tecnología resulte lo mas fácil posible de usar. No hay razón para que los chicos no la entiendan cuando sean mas grandes".

En el otro extremo, Corea del Sur, que gasta 2000 millones de dólares en la actualización de su ya futurista modelo educativo digital de aquí a 2015. ¿Quien puede discutir su éxito? Sus estudiantes cuentan con los niveles más altos del mundo en matemáticas y en ciencias. Pero los alumnos brillantes también pagan un precio. Los niños están agotados y estresados como consecuencia de largas sesiones de estudio que se prolongan hasta altas horas de la noche.

Otro país muy conectado, Finlandia, también ocupa los primeros lugares en resultados escolares. Pero las escuelas presentan muy poca tecnología y los niños no experimentan tanta presión. Bryan Luizzi, director de la Brookfield High School de Connecticut, visitó Finlandia este año. "Fue un poco desconcertante", confesó al sitio web Scholastic.com. "No vi ni un solo alumno con una ordenador portátil."

Hay muchos factores que contribuyen al éxito de un país en el plano de lo educativo. En Finlandia casi no hay pobreza y los docentes cobran un buen sueldo y gozan de gran respeto.
"Sin duda hay oportunidades que es posible aprovechar mediante la tecnología, pero el núcleo de la educación es la relación entre docente y alumno". (Rudy Crew, exdirector de escuelas de la ciudad de Nueva York en el New York Times).
"La docencia es una experiencia humana. La tecnología es una distracción cuando lo que necesitamos es lengua, matemáticas y pensamiento critico". Paul Thomas, profesor asociado de Educación de la Universidad Furman en Carolina del Sur.

viernes, 11 de noviembre de 2011

"El capitalismo tiene una lógica, pero no una moral"


Jordi Llovet, barcelonés de 1947, catedrático de Literatura Comparada en la Universidad de Barcelona hasta que se prejubiló hace tres años. Publica, Adiós a la universidad. El eclipse de las humanidades. 
"Los pedagogos son hoy una casta que no llega a dictatorial; a enseñar se aprende enseñando y con buenos maestros"."La universidad se ha convertido en una empresa, el capitalismo tiene una lógica, pero no una moral. La universidad no debe formar sabios sino ciudadanos. Debe civilizar a los estudiantes, politizarlos. Cuando la democracia está en situación de debilidad, como hoy, hay que reforzar la educación, no recortarla".

miércoles, 9 de noviembre de 2011

"La varita mágica"


Un pastor evangélico de Tennessee Michael Pearl, que tienecinco hijos, ha escrito el libro Cómo educar a tu hijo, impreso por primera vez en 1994, del que se han imprimido 670.000 copias y traducido a numerosos idiomas, entre ellos el español. Es muy popular entre los padres que educan a hijos en casa, sin llevarlos a la escuela, una práctica común entre los 80 millones de cristianos evangélicos del país.  En EE UU más de dos millones de niños no acuden a la escuela porque les educan sus propios padres, casi siempre por motivos religiosos; no quieren que se les enseñe la teoría de la evolución, por ejemplo.
El primer capítulo se titula: "Pégale a tu hijo".
"Una experiencia particularmente dolorosa para la madre lactante es el bebé que muerde. Mi esposa no perdió tiempo para encontrar un remedio. Cuando el bebé la mordía, ella le tiraba del cabello (hay que buscar una alternativa para los bebés sin pelo)".
"Puede ser que experimentes sentimientos que te impidan pegarle a tu hijo, pero eso no es amor. Dios, que creó a los niños, y sabe lo que más les conviene, ordena a los padres que usen la fusta". (El pastor Pearl la Biblia aconseja el uso de la fusta, a la que llama "varita mágica")."Para el menor de un año, basta una vara de sauce, de 25-30 centímetros de largo y medio centímetro de diámetro, sin nudos que le puedan cortar la piel". 
Aconseja enfáticamente pegarles a los niños con una tubería flexible de plástico, de 0,6 centímetros de diámetro, porque duele, pero no daña gravemente la piel.

Parece que los consejos de ese manual, llevados al extremo, han provocado al menos tres muertes en los años recientes. Hace un mes comenzó el juicio contra un matrimonio de Washington por maltratar hasta la muerte a su hija adoptada. Emplearon para ello el manual de castigo del pastor Pearl. Fue la tubería la que acabó con la vida de la pequeña Hana, nacida en Etiopía pero adoptada, junto a su hermano menor, por el matrimonio formado por Larry y Carri Williams, del Estado de Washington. Hana, de 11 años, que se comportaba con cierta rebeldía, apareció muerta en el patio familiar en mayo, desnuda, desnutrida y congelada. Sus padres, fieles seguidores de la doctrina Pearl, la habían sometido a un castigo corporal implacable.

El tubo de castigo se empleó también en 2010 en California, en la muerte de la pequeña Lydia Schatz, de siete años, adoptada de Liberia. Sus padres adoptivos, Kevin y Elizabeth Schatz, la sometieron a una brutal paliza, con parones para rezar. La niña, que tenía ocho hermanastros, murió por las heridas y hemorragias provocadas. Los padres se declararon culpables y están ambos en prisión.

lunes, 7 de noviembre de 2011

Los resultados educativos en España han comenzado a mejorar


Este artículo en el periódico

“Hay muchos datos que demuestran que, hasta hace poco, los resultados educativos en España estaban empeorando y que recientemente han comenzado a mejorar. Por citar solo los más referenciados en los medios (PISA), la evolución en comprensión lectora ha sido: 493 (2000), 481 (2003), 461 (2006) y 481 (2009). Desde las evidencias de la comunidad científica internacional, están perfectamente claras las causas de esa inversión de tendencia que abren una gran esperanza de mejorar todavía mucho más en el próximo futuro.
Hasta hace poco, la educación se ha basado en España en las ocurrencias de determinados catedráticos que eran casi siempre contrarias a las evidencias científicas. Tomando una comparación muy usada en Bruselas, el efecto ha sido parecido al que se produciría en los hospitales españoles si en lugar de aplicar los tratamientos demostrados como más eficaces por la comunidad científica internacional, se aplicaran los ideados por individuos que están totalmente al margen de esa comunidad. El discurso educativo ha estado dominado aquí por personas muy famosas en los medios de comunicación nacionales y en los Gobiernos de todos los colores, pero a quienes nadie conoce más allá de los Pirineos.

La exigencia internacional de evaluar y mejorar los resultados ha sido una de las claves de la inversión de tendencia. Ya no sirven disculpas (como que lo importante son los procesos y no los resultados) que antes imponían los negociantes de ocurrencias desde las cátedras, la prensa y los asesoramientos a los Gobiernos. La otra clave ha estado en la actual reforma meritocrática de las universidades españolas que sustituye al anterior sistema feudal de selección y promoción de su profesorado. Ahora ya tenemos trabajando en ellas a las personas doctoras en educación por Harvard o Wisconsin que antes eran vetadas por los catedráticos mediocres que eran famosos aquí.

La dimensión de esa mejora de resultados no va a depender fundamentalmente de qué opción política gobierne, sino del grado de intensidad en la sustitución de las ocurrencias que todavía quedan por las actuaciones de éxito. En otras palabras, va a depender de la rapidez con que la prensa y los Gobiernos vayan sustituyendo a los ocurrentes por las y los miembros de la comunidad científica internacional que ya tenemos en España”. 
Ramón Flecha, catedrático de la Universidad de Barcelona e investigador principal de Included, el único proyecto del Programa Marco de Investigación de la Comisión Europea sobre educación escolar.

viernes, 3 de junio de 2011

"El teléfono móvil permite grabar parte de una clase"

¿Y si fuésemos algo más allá de la obviedad?
Dice una investigadora: "No se trata solo de la utilización de computadoras en las aulas, sino también del papel de otros elementos, como el teléfono móvil, del que disponen muchos chicos en las aulas, y que permite, por ejemplo, grabar parte de una clase".
DE acuerdo, el teléfono móvil permite grabar parte de una clase, y qué. ¿Qué tiene eso que ver con la definición del aula como espacio tecnológico, como pomposamente afirma en su Aprender y enseñar en la cultura digital, la investigadora Inés Dussel?

La proliferación de las computadoras y otros artefactos tecnológicos usados de manera permanente en las aulas ha cambiado, y va a cambiar, la definición del aula como espacio pedagógico. La enseñanza frontal, simultánea y homogénea es incompatible con esa nueva estructura y va a exigir a los profesores el desarrollo de una metodología mucho más flexible y hacer todavía más necesaria la atención individualizada de los alumnos.
¿Han descubierto algo mejor que un maestro mostrando, enseñando, guiando a un muchacho que comienza a parender? ¿Es que el descubrimiento de la tiza eleminó la función del maestro?

Más obviedades. Álvaro Marchesi, con toda su pompa de secretario general de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEA), enumera los retos de la educación que gracias a las nuevas tecnologías están al alcance de la mano: mejorar el aprendizaje, reducir la desigualdad y conectar la educación con la realidad y la cultura de cada país.
¿En qué se diferencian esos objetivos de lo que hasta ahora se ha venido haciendo? Menos mal que un profesor norteamericano, vino a poner algo de cordura en la reunión, un Foro Latinoamericano de Educación:
Nicholas Burbules: es importante comprender que la enseñanza no es una técnica ni la educación algo puramente instrumental. La enseñanza se produce gracias a una relación entre quien enseña y quien aprende, una relación recíproca. Enseñar es crear condiciones, métodos y posibilidades de aprendizaje.

lunes, 23 de mayo de 2011

"El principio de comprensividad"

Los psicopedagogos se ponen nerviosos cuando se toman decisiones políticas al margen de su poder hasta ahora incontestado. Véase este párrafo de una tribuna de periódico a propósito de la promoción de la excelencia:
Querían quitarse de en medio a los peores, a los pendencieros, a los que no saben apreciar las esencias de una educación costosa que no aprovechan, añadiendo el convincente argumento de que los débiles académicamente entorpecen y frenan la fecunda enseñanza de una parte del colectivo profesoral, que ve cómo su promisoria semilla esparcida para todos no germina en un porcentaje significativo del alumnado, tierra infértil del sistema.
Teniendo una mínima decencia no es fácil presentare en sociedad razonando que una parte importante de los alumnos están genéticamente avocados al fracaso. Mucho menos puede apelarse a una distinción de origen entre quienes merecen dominar el mundo terrenal y los bienaventurados, pobres de espíritu, que serán preferidos en el otro mundo.
La conciencia de ser buena gente no puede admitir que se expulse del sistema a quienes teniendo derecho a estar escolarizados siguen una pobre trayectoria a lo largo de la escolaridad y se ven abocados al fracaso. Qué hacer con ellos es una pregunta cuya respuesta inquieta social y moralmente.

martes, 17 de mayo de 2011

Inteligencias múltiples


Al profesor y psicólogo estadounidense Howard Gardner le han dado el Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales. Propone la teoría de las inteligencias múltiples. Gardner sostiene que no existe una inteligencia única, sino que cada individuo posee al menos siete habilidades cognoscitivas: inteligencia lingüística, lógico-matemática, cinético-corporal, musical, espacial, interpersonal e intrapersonal. A estas siete líneas de inteligencia, descritas en 1983, Gardner añadió posteriormente una octava, la inteligencia naturalista o de facilidad de comunicación con la naturaleza. Además, estas inteligencias no tienen un valor intrínseco, lo que importa es el comportamiento del individuo en sociedad, usando su inteligencia.

Según Mauro F. Guillén, director del instituto "Joseph H. Lauder" de la Universidad de Pennsylvania, Gardner refuta la teoría tradicional de que la inteligencia "se puede cuantificar y es innata".
"Todos los niños y niñas tienen distintas cualidades, debilidades y fortalezas; en el ámbito de la inteligencia, no se puede reducir todo a un número ni se puede pretender que sólo hay una manera de ser inteligente. Hay distintas maneras de ser listo, de aprender y de avanzar en la vida".