¿Conviene separar a los chicos de las chicas, porque así mejorará su rendimiento educativo?
Dice este sociólogo:
Supongamos que se puede medir el nivel de conocimiento en una escala similar a la estatura, en la que el conocimiento medio en la OCDE fuese algo así como 170 centímetros de "estatura". Los chicos españoles tendrían una estatura en matemáticas y en ciencias de 170,5 y 170,1, respectivamente, mientras que en lectura sería de 166,0. En el caso de las mujeres, las estaturas correspondientes serían de 169,4, 169,8 y 171,8. Estos son los resultados de las pruebas de PISA si los transformamos en estatura.
Volviendo a España, la diferencia en la tasa bruta de fracaso escolar es mucho mayor, de 36,3% para ellos y 22,5% para ellas en el curso 2004-2005. Es decir, la obtención del título de la ESO no está tan relacionada con el nivel de conocimientos de los jóvenes en las pruebas de PISA como sería deseable. Una prueba de ello, en la que se ha insistido poco, es que en La Rioja y en Castilla y León los resultados de PISA son casi tan buenos como los de los mejores países del mundo, pero, sin embargo, sus tasas de fracaso escolar son similares a las del resto de España. Por tanto, no debemos confundir nivel de conocimientos con éxito escolar. En el éxito escolar también cuentan otros elementos, como la voluntad de los estudiantes de lograr el título, o la precisión con la que los métodos de evaluación del profesorado reflejan dicho nivel (que queda fuera de este artículo).
Las diferencias en rendimiento educativo entre ambos sexos son mínimas, mientras que las grandes diferencias en tasas de fracaso escolar se explican por motivos sociales, no biológicos. En este sentido, hay estudios en los que se prueba que, cuánto menos diferencias sociales existen entre ambos sexos en el conjunto de la población, los resultados educativos de los jóvenes son más similares.
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