¿Quién aparece ahí, en medio del camino, en el exacto lugar del sendero que se bifurca? ¿Un maestro, un compañero, el padre, la madre? Un cerebro es una madeja de conexiones y una decisión un enorme interrogante sobre sus causas. Sin embargo, algo podemos hacer, quizá no mucho.
Lo veo cada día en una mesa separada, en primera fila, como un islote en medio del aula. ¿Qué le ha llevado ahí? Venía con malas referencias. Alumno problemático, inquieto, alguien que trastornaba al resto del grupo. Los padres pedían que sus hijos estuviesen en un grupo distinto, allí donde el muchacho no estuviese. La dirección no aceptó la presión. Sin embargo, ahí permanece, cada día, separado. Es verdad que es desorganizado, un revoltijo su mesa, un desorden sus cuadernos, es verdad, la tensión de fondo entre él y el resto. Se adivina el dedo índice de sus compañeros. Pero ahí está su voluntad, intentando buscar algo de orden en lo que hace, preguntando si está bien, intentando acomodarse.
jueves, 11 de noviembre de 2010
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