viernes, 10 de octubre de 2008

Inmigración

Durante un tiempo el chantaje moral funciona. Hay que acoger a los inmigrantes. Los inmigrantes son un bien para el país, etc, etc. Los colegios públicos, los padres, los profesores, no osan mirar de frente. No quieren que nadie les diga, sucios racistas. Así que aceptan la injusta distribución de los nouvinguts, como se dice en neolengua, en favor de los colegios concertados, en prejuicio de los públicos. Hasta que la situación se desborda y el problema material es superior al chantaje moral.

La gota que ha colmado la capacidad de aguante: la llegada a Badalona de unos 400 niños que han de ser inscritos en colegios públicos fuera de plazo, en aulas ya llenas.
Aún así, los profesores se sienten obligados a demostrar que no son sucios racistas:
"No estamos en contra de la matriculación de los niños, sino de una pérdida de calidad del sistema educativo. Necesitamos más recursos y también más profesores para atender el crecimiento de la demanda"

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