martes, 23 de febrero de 2010

Constructivistas deconstructores

Todos esos sociólogos universitarios que no han pisado un aula o que lo hicieron en sus tiempos juveniles partidarios del constructivismo están empeñados en desconstruir la figura del profesor realmente existente, al que achacan una y otra vez el fracaso de la LOGSE y de su teoría. Los profesores que debían ser los soldados que iban a llevar al aula la buena nueva no han cumplido con lo que de ellos se esperaba, ser el pelotón que cambiase la historia. Las piezas del profesor descronstruido las exponen una y otra vez a la vista de la opinión púbica, de modo que expuesto como guiñol y sometido al pim pam pum de autoridades, padres y teóricos constructivistas no tengan éstos que dar cuenta del fracaso de su teoría.
Y como de creencias hablan -creencias constructivistas- cabe imaginarlos hombres puros con pata de palo, parche en un ojo y abrigo raído maldiciendo al socialismo real y añorando un comunismo que nunca fue o un cristianismo primigéneo o un islamismo tolerante y feminista. ¿O no son así? Qué coherencia y sentido común se puede esperar de quienes hablan de creencias por un lado y por otro exigen que se les confiera el estatus de la bioquímica.Véase esta carta.
En EL PAÍS del domingo 14 de febrero se publicaba una entrevista con Juan Gómez, portavoz de educación del PP, que resulta de utilidad para entender las extremas posiciones del PP ante la educación. Señala Juan Gómez la necesidad de hacer un diagnóstico acerca del "origen de los males". Lamentablemente, basa su diagnóstico en opiniones y no en hechos. En primer lugar, no es verdad que la situación actual provenga del abandono de "aquellas prácticas memorísticas y autoritarias de los años sesenta", básicamente porque aquellas prácticas son hegemónicas en nuestro sistema educativo, como muestran las investigaciones del INCE sobre el estilo de profesor (2001). Algo parecido señala el informe Talis (2009), que describe al profesorado de nuestro país como fundamentalmente "tradicional" y vincula esta creencia a los numerosos problemas de comportamiento reportados por el profesorado, en contraste con aquellos países donde existen más profesores con "creencias" constructivistas.
Su crítica al "constructivismo" es algo así como cuestionar la bioquímica o la teoría de la relatividad. El constructivismo es una teoría del aprendizaje que surge para superar las limitaciones de otra teoría del aprendizaje, el conductismo. Pero, parece ser que el PP defiende otros ismos: el conductismo, el elitismo o el autoritarismo. Por último, defiende eso que el think tank del PP ha dado en llamar "libertad de elección", olvidando que esa posibilidad no existe en prácticamente ningún país occidental y que en España es causa no sólo de una creciente dualización social, sino del fracaso del sistema educativo y de la dificultad para llegar a un pacto social por la educación ante la negativa de la organización dominante en la enseñanza privada a perder una brizna de su influencia sobre la sociedad.

MIGUEL MARTíNEZ Y CARMEN ROMERO 18/02/2010.

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