lunes, 1 de marzo de 2010

Tenemos que ir a la excelencia, dice el ministro

No salgo de mi asombro. Por fin un responsable político contra el mantra del igualitarismo. A este ministro me lo han cambiado. En algún momento lo critiqué pensando que era un acomodaticio, que era otro socialdemócrata al que podrían sus prejuicios. ¡Chapeau por lo que dice! El PP haría mal no pactando con este hombre razonable, sensato, realista. El PP tiene dos opciones o sacar adelante el pacto educativo con el ministro Gabilondo o volver a nombrarlo ministro después de las elecciones. Firmo todo lo que dice.
El igualitarismo no es equidad. Soy un firme partidario de la equidad, la justicia y la libertad como valores fundamentales. Y desde la equidad podemos ir a procesos de excelencia.
He pedido que haya opciones a los 16 años, pero a la vez un sistema mucho más flexible. Y eso significa que el que haga FP o Bachillerato pueda por las dos vías llegar a la Universidad, y el que esté en la Universidad pueda ver reconocidos los créditos aprobados para pasar a un módulo de FP, y al revés. Es decir, hay que unir optatividad en el último curso de ESO [con dos vías, una hacia la FP y otra hacia el Bachillerato, pero no excluyentes] con la flexibilidad. Lo que tenemos que combatir es la segregación por razones económicas o intelectuales; tiene que ser una opción de vida.
No se defiende la enseñanza pública combatiendo la concertada, sino dándole mucha calidad. Lo que no se puede es que la escuela pública acoja gran parte de la diversidad, no darle medios y luego pedirle unos resultados determinados.
Tenemos que garantizar el derecho a utilizar el castellano y el deber de conocerlo.
Yo sí sería partidario de que, con toda seriedad y dentro del respeto a las políticas generales del Pacto de Toledo, se debatiera si los profesores se deben jubilar o no a los 60 años.
Yo creo que es compatible la equidad con la excelencia. Lo digo una y otra vez: no hay que plantearlo como si hubiera que elegir entre el camino de la equidad y el de la excelencia. No es verdad. Éste es el gran error que tenemos, porque si no acabaremos haciendo procesos de igualar por lo bajo, y nunca podremos mejorar seria y rigurosamente el país. Ahora que hemos logrado gran equidad, tenemos que ir desde ahí a la excelencia.
Oigo el chirriar de dientes de los psicopedagogos y sociólogos de la educación, los que durante cuatro décadas han dominado este negociado, mayo se acerca a las aulas, aunque temo que camaleónicos como son ya estén mudando de piel.

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