José Montilla, impulsor de la Ley de Educación que impone el catalán como lengua vehicular en las escuelas, lleva a dos de sus hijos al Colegio Alemán, donde se imparte únicamente una hora semanal de este idioma.Y la esposa del president, Anna Hernández, blanco sobre negro, dijo preferir que sus hijos sepan alemán e inglés a que aprendan catalán.
«Los niños saldrán del Colegio Alemán dominando perfectamente el alemán y el inglés. Es una maravilla. Sólo por saber alemán ya encontrarán trabajo. Es como tener una carrera».
«Mis hijos saben catalán perfectamente, a pesar de que escribiendo hacen muchas faltas. Dan poco catalán, ésta es la verdad, una hora a la semana es poquísimo. Pero, bueno, ya lo supliré yo. Prefiero que sepan alemán».
«Es muy difícil que entre alguien que no sea alemán, pero al final aceptaron porque la escuela tiene un convenio con los ayuntamientos de San Just [del que Hernández es concejal] y Esplugas».
De acuerdo con la ley vigente, el idioma vehicular de la enseñanza en Cataluña es el catalán. Eso significa que -si se aplicase estrictamente la normativa- todas las asignaturas se imparten en esta lengua, excepto las tres horas semanales de inglés y las dos de castellano. La única manera de eludir esta normativa es acudir a un colegio extranjero, el Alemán, la Escuela Suiza, el Liceo Francés o alguno de los ingleses y americanos, pero son centros caros. El de los hijos de Montilla, que no es el más costoso, sale a unos 400 euros mensuales por niño.
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