miércoles, 14 de abril de 2010

¿Quién educa a los jóvenes en la actualidad?

¿Quién educa a los jóvenes en la actualidad? ¿La familia, la escuela, la calle, los medios? La escuela de siempre ha trasmitido valores morales, ha ayudado a adquirir destrezas, a descubrir y desarrollar talentos, pero ¿lo sigue haciendo? En algunos aspectos la escuela de ahora mismo se parece a la del franquismo en el empeño por inculcar a la fuerza determinados valores; la Educación de la Ciudadanía no queda muy lejos de aquella Formación del Espíritu Nacional; el fracaso siempre acompaña a quien quiere imponerse por la fuerza, aunque sea una fuerza blanda y bonachona. Determinadas destrezas se aprenden mejor fuera de la escuela. Siempre ha sido así, también en esta época. Lo que ahora ocurre es que a la escuela le está costando adaptarse al continuo cambio tecnológico que acelera la vida social. Los planes tecnológicos del gobierno quedan obsoletos antes de su aplicación. La irrupción del iPad convierte en cachivaches los ordenadores que se entregan a los alumnos; las editoriales llegan tarde o no llegan a los programas educativos adaptados al medio tecnológico. Siguen manteniendo el libro como núcleo duro acompañado por infames DVDs. Ahora mismo lo único que parece tener sentido en la escuela, aparte de la necesaria socialización que es compartir el patio con muchachos de la misma edad, es la jerarquización de los conocimientos. Los alumnos reciben una información brutal fuera del aula, pero esa información les llega desordenada, necesitan parámetros, senderos, jerarquías.

Nuestros políticos y empresarios no son conscientes del salto que deberíamos dar para ponernos a la altura de EE UU, por ejemplo, -Europa sólo está un poco mejor que nosotros-, de la enorme inversión que necesitamos en ciencia y tecnología para elevar la maltrecha productividad de nuestros trabajadores, de la necesidad de cambio de modelo económico. Pero esa inversión no sólo debe hacerse en la escuela, en la universidad y en la empresa. Si no se da un vuelco a la programación televisiva, al cine, si no se apoya la creatividad en los videojuegos, en las series televisivas de calidad, más realistas, con debates, con dilemas, que es donde hoy día se educa y se absorben los valores morales, el lugar donde se afina la sensibilidad, se expande la tolerancia hacia formas diversas de vida y costumbres, donde se aprende a contrastar nuestras ideas, nuestro comportamiento, es difícil que la sociedad salga reforzada tras la crisis, habremos perdido una grandísima ocasión.

Mientras EE.UU. están al borde de un renacimiento demográfico, económico y social, Europa, y España en particular, se hunde en espirales de pensamiento cautivo, de formas arcaicas de gestión, de métodos educativos viejos.

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