jueves, 16 de diciembre de 2010

Los consejeros de educación están obsesionados

Los consejeros de educación, que viven de su imagen pública y de las encuestas electorales, están obsesionados con los resultados de su comunidad en los sucesivos informes PISA. Y quieren mejorar a toda costa, sea como sea, esos resultados, con una nefasta política en sus diseños educativos. Hasta ahora no se han ocupado del largo plazo, es decir, de la formación humana y profesional de los niños y jóvenes que tienen a su cargo y en consecuencia de entender la educación como una inversión productiva, sino del corto plazo, es decir, por favor, por favor, hay que aprobar como sea a mucha más gente.
Fruto del cortoplacismo en la presión estresante que sufrimos los profesores: reducir los curricula a la mínima expresión, adaptarlos para una atención individualizada, rebajar las exigencias para evaluar, elevar obligatoriamente los porcentajes de aprobados.

El modelo que les trae de cabeza es el llamado modelo Finlandia. No les importan las características peculiares de ese país, tampoco las de Corea del Sur, otro que ahora se trae a colación. Por ejemplo el tamaño, la riqueza, las horas de sol. Finlandia tiene apenas cinco millones de habitantes. Las características socioculturales son muy diferentes, es decir, la implicación de los padres en la educación de sus hijos. Tampoco les interesan las cosas que podrían aplicar aquí de aquel modelo, es decir, algo que les compete a las administraciones pero que eluden descaradamente: la valoración social y económica del profesorado -aquí nos acaban de rebajar el sueldo en un 10%- y la dotación de los centros de personal capacitado para la atención individualizada: equipos sociopedagógicos, profesores de apoyo.

También es responsabilidad de las consejerías de educación hacer que los padres se impliquen en la educación de sus hijos y hacer que el esfuerzo de estos vuelva a convertirse en un valor. No he visto ninguna campaña, ninguna promoción, ningún curso dedicados a los padres -algunos muy escasos parten del voluntarismo de algunas AMPAS- para orientarles y explicares qué deben hacer.
Los consejeros de educación, como en general la sociedad, está descargando sobre las espaldas de los profesores su propia e indelegable responsabilidad.

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