La izquierda y el buen Gabilondo temen que el Bachillerato de los notables impida el contagio positivo que se produce entre los alumnos mediocres por la acción de los notables. Temen que se instale una educación a dos velocidades donde el grupo de los notables aumente su distancia respecto a unos mediocres sin estímulos. No es un cuadro imposible. Pero hay que completarlo, claro está, con la hipótesis del revés: la letal influencia de los mediocres sobre los notables. La cuestión no es desdeñable, al menos por dos motivos. Los mediocres tienen una superioridad numérica avasalladora. Y gozan, en consecuencia, de una importantísima popularidad social. (Arcadi Espada).
viernes, 15 de abril de 2011
En el reino de la mediocridad
Sobre el bachillerato de excelencia de Esperanza Aguirre:
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