jueves, 19 de enero de 2012

Por una educación liberal

Jean François Revel:
"… el núcleo duro de la enseñanza y el periodismo, el deber sin el cual no son más que un desfile de máscaras: el servicio de la verdad, o al menos el firme propósito de servirla. Me ahorraría este truismo si los responsables de la enseñanza no cedieran periódicamente a la tentación de transformarla en instrumento de propaganda y adoctrinamiento. En el periodismo se trata de una inclinación conocida y de la que desconfían los lectores. En cuanto a las falsificaciones de la enseñanza, desgraciadamente la desconfianza protege menos a los jóvenes. Su ignorancia les hace vulnerables, algo de lo que pueden abusar los profesores cargados de ideología y henchidos de autoridad, tal como hicieron en Europa Occidental después de 1968, cuando consideraron que tenían por misión convertir a toda la juventud al socialismo. (…) El odio a la libertad a veces se enmascara como su defensa. La diferencia entre la educación totalitaria y la educación liberal estriba en una distinción de lo más sencillo: la primera prescribe lo que hay que pensar; la segunda cómo pensar. (…) En las civilizaciones adulteradas por la ideología, los dos sacerdocios de la información –la educación y la comunicación- se degradan necesariamente juntos. El profesor trasmite a sus alumnos y el periodista a sus lectores no lo que saben que es verdad, sino lo que quieren hacerles creer. Les ocultan lo que desean que sigan ignorando".

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