jueves, 15 de marzo de 2012

La psicopedagogía como ideología


            "Me interesa sobre todo lo que se refiere a la educación. En este tema, el Derecho, como no podía ser menos, ha seguido las indicaciones de los psicólogos y pedagogos, que en este asunto no han andado muy finos. Como reacción a una educación autoritaria se impuso una educación permisiva. Aquella se basaba en dos pilares: deberes y obediencia. Ésta, en otros dos: libertad y derechos. El disparate del que somos víctimas procede de que necesitamos los cuatro pilares. Este cambio afectó al Derecho. El concepto de patria potestad pertenecía a la época autoritaria y fue sustituido por el mejor interés del menor. El prohibido prohibir se convirtió en un falso dogma. Se extendió la idea de que los padres siempre son culpables. Lo dijo Freud, lo repitió torpemente la generación del 68, lo aceptaron muchos psicopedagogos -como Françoise Dolto- y al final ha penetrado la jurisprudencia, que tal vez subliminalmente piensa: en caso de duda, los padres son culpables. «¡Familias, os odio!», gritó André Gide, premio Nobel de literatura, y extravagante pedagogo.
William Damon, uno de los grandes psicólogos educativos en la actualidad, ha llamado la atención sobre los perjuicios que han causado a los niños la pedagogía «centrada en el niño».
Creo que es necesario recuperar la sensatez educativa. Y esa nos indica que el premio y el castigo son herramientas pedagógicas ineludibles, pero que deben saber utilizarse bien, como todas las herramientas. No se puede atornillar con un martillo, ni clavar un clavo con un destornillador. Afortunadamente, hay indicios de que estamos volviendo al buen camino… que no existió nunca. Lo estamos inventando. La nostalgia educativa es una farsa. Nunca hemos tenido mejor escuela que ahora".

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