viernes, 13 de enero de 2012

¡Enseñar! Este arte no se enseña


Escribe en sus Memorias, Jean François Revel:
Enseñar! Este arte no se enseña. Lejos de los pomposos rebuznos y de las pesadas divagaciones verbales con que las teorías la han embotado, la pedagogía práctica está hecha en su mayoría de procesos humildes y simples que se improvisan en la práctica. La pedagogía teórica se reinventa precisamente cuando nadie sabe enseñar. Un ejemplo minúsculo: tanto en calidad de antiguo alumno como ahora de profesor, había constatado que muchos alumnos no conseguían seguir la clase porque en lugar de concentrar su atención en el contenido de lo expuesto estaban demasiado ocupados en tomar apuntes. Perdían el hilo del pensamiento y el desarrollo del discurso. Atrapaban al vuelo palabras sueltas y no ideas, preguntaban en voz baja a su alrededor: ¿Qué ha dicho? Y se inclinaban sobre el cuaderno de sus vecinos para copiar al azar y presos del pánico lo que veían allí escrito sin comprenderlo. Así que adopté el método de prohibir a mis alumnos tomar cualquier tipo de apuntes durante la primera hora de la clase, para que se concentraran al máximo escuchando la enunciación y el desarrollo del tema expuesto, con el único propósito de que se impregnaran de ello, de que captaran lo esencial, los argumentos y los encadenamientos, aunque tuviesen que preguntarme al final sobre los aspectos que les habían quedado menos claros. Cuando había terminado, volvía al tema con lentitud y brevedad para permitir que lo recogieran a grandes rasgos sobre el papel sin confundir lo principal y lo accesorio, el fondo y la formulación, la idea y el ejemplo. Al final podían hacerme más preguntas. Al día siguiente era yo quien les preguntaba para controlar hasta que punto lo habían asimilado". 



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