"Como estudiante de segundo de carrera me sorprendo de mi
propia ignorancia. Obtuve una matrícula de honor en Bachillerato, hablo inglés
y francés (tengo, por supuesto, los títulos de rigor que lo certifican), estudié
música. Mis padres intentaron darme la educación integral que ellos no tuvieron.
Mis profesores de instituto eran competentes, pero estaban demasiado
preocupados por mantener la paz en clases de 40 personas. Demasiado centrados
en que aprobáramos la
Selectividad después.
A mis 19 años, puedo confesar sin pudor que no sé nombrar en
orden a los reyes españoles de los últimos tres siglos (siempre fui de
sobresaliente en Historia). Tendré dificultades a la hora de exponer el
pensamiento de cualquier filósofo entre la Edad Media y el siglo
XX. No sé cuándo vivió Mozart. Sin embargo, me apasionan las cuestiones
sociales, feministas, aprender frases hechas en francés, la divulgación
científica, la biomedicina y las novelas. Creo que la estética, la solidaridad,
la participación ciudadana y la ciencia son los pilares más importantes de
nuestra sociedad.
Juzguen ustedes cuáles fueron los fallos del sistema
educativo. Piensen cuál puede ser la realidad de miles de jóvenes españoles que
no tuvieron las mismas oportunidades que yo. Comprométanse, apoyen la escuela
pública, blindémonos contra los recortes en educación y cambiemos entre todos
este sistema fallido y que acusa titulitis. La mejora en las estadísticas PISA
vendrá entonces sola".— María Quintana Romero.