"La lucha contra la discriminación religiosa requiere un enfoque categórico centrado en la prevención de la difamación de las religiones" Informe del relator de la ONU, el senegalés Doudou Diène.¿Qué razón puede llevar a la ONU a considerar incorrecto o peligroso el intento de desprestigiar ideas o creencias? ¿No saben distinguir entre ideas y personas? ¿Por qué no se habría de luchar contra la superstición, por qué no pelear a favor de ideas más justas o verdaderas? ¿Cómo conseguir entonces la erradicación de las injusticias, el cumplimiento de los derechos del hombre que proclama la propia ONU?
En su afán por denunciar el peligro de un enfrentamiento entre religiones (que siempre han sido sanguinarios e inmisericordes), Naciones Unidas puede estar cayendo en algo igualmente indefendible: proponer que las autoridades públicas participen en la promoción o fomento de las religiones. Una piedra más en el camino de vuelta.
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