lunes, 8 de junio de 2009

Inversión en educación ... productiva

Otra carta,


Cuando hice bachillerato nos explicaban que los gases se adaptan al recipiente que los contiene: si éste se hace más grande, el gas se expande, y si se reduce, el gas se comprime. También nos explicaron que un gas comprimido es capaz de producir más trabajo que uno expandido. Después de leer el artículo de Rafael Argullol La culpa del otro me convenzo una vez más de que una buena parte de la culpa del fracaso educativo en todos los niveles la tiene el excesivo espacio que hemos dejado a los jóvenes para expandirse a sus anchas. Veo a muchos de ellos llenar el bar de la facultad y pasar horas en él bebiendo cerveza en plena época de exámenes. Les veo llegar en buenos coches que hacen rebosar nuestras 300 plazas de aparcamiento. Les veo hacer botellón a la puerta de las facultades todos los jueves y todos los viernes de primavera. Y lo peor de todo, les veo no presentarse a los exámenes, o suspender en cantidades exorbitantes. 
Y me pregunto una vez más cómo es posible que las autoridades académicas permitamos que se venda alcohol en recintos educativos. Cómo es posible que la comunidad financie el 80% de las segundas, terceras y cuartas matrículas de personas que ni siquiera aparecen por las clases o los exámenes. Cómo es posible que no corran las convocatorias cuando un alumno no se presenta. Cómo pueden los padres permitir que sus hijos pasen siete, ocho o 10 años en la Universidad aprobando con cuentagotas. Cómo la Policía Municipal no cumple con su obligación de impedir los botellones...

Entre todos les hemos dejado un espacio infinito para expandirse y por eso no generan trabajo. Saben que, hagan lo que hagan, son impunes, no se juegan nada. Señor Zapatero, por favor, no ponga ni un euro en educación que no vaya ligado a un rendimiento aceptable.


 RICARDO PEÑA MARÍ (catedrático de Lenguajes y Sistemas Informáticos. Universidad Complutense de Madrid) 05/06/2009

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