Ímprobos e inútiles esfuerzos -y eso que son profesores- por explicar que el catalán es un dialecto del español y el español un dialecto del catalán, como sostiene Arcadi Espada. Esa idéntica incapacidad, en Castilla y en Cataluña, para entender la decisiva influencia, la ineludible hermandad, de la romanización aquí y allá. Como si el idioma fuese el último reducto del alma, antes de su definitva extinción.
- Es que sólo cuando voy a comprar algo me atienden en castellano.
No acaban de admitir que el monolingüe tendero castellano hace monerías parecidas o mayores para vender su pieza a quien le pregunta en inglés, y en catalán si se terciase, que el idioma es uno más de los instrumentos del comercio humano.
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