Es difícil que un psicólogo o un pedagogo te sorprendan con algún análisis o proposición. Suele ser tan obvio lo que dicen que al ver al pie del artículo, la conferencia o el libro, su profesión pase uno de largo. Psicología o pedagogía, al menos en España, son las profesiones de la obviedad, buenas para tertulias de radio o los programas televisivos de la mañana. Por supuesto no hablo de los neuropiscólogos, que por aquí no se prodigan, o al menos no en las páginas de opinión de los periódicos. Tampoco en los órganos de asesoramiento de las consejerías de educación. Sin embargo a veces sus obviedades en forma de esquemas, organigramas, listas y demás formas de deglución de conocimientos son útiles para remachar lo evidente. Por ejemplo, lo que dice esta catedrática, a su vez deglutido por mí:
La autoridad moral del docente debería no discutirse por ser, en cada momento, la mejor opción en el interior de la tarea común de enseñar y aprender. La autoridad moral -no el autoritarismo- se consigue
logrando que los docentes se perciban como ciudadanos profesionalmente valorados, queridos y bien pagados,
trabajando en escuelas bien equipadas, que disponen de los recursos, humanos y materiales. H
aciendo que las ratios profesor-alumno sean más pequeñas, flexibles y adecuadas a la tarea concreta;
los especialistas en inglés dominen ese idioma y ofrezcan modelos idóneos e interesantes sobre cómo se habla, lee y escribe;
los profesores de ciencias dominen adecuadamente sus materias para que sus alumnos los reconozcan como autoridad científica;
los profesores de lengua y literatura dominen a la perfección el español y transmitan pasión por el arte de leer y escribir;
los profesores de educación física orienten hábitos de salud corporal y estimulen el sano deseo de competencia deportiva;
la orientación escolar sea una herramienta al servicio de la detección preventiva de dificultades personales y grupales, con recursos para detener los problemas a tiempo. La autoridad moral del docente nace en su competencia para expresar su dominio de aquello en lo que tiene que hacer que el alumno progrese.
No hay comentarios:
Publicar un comentario