miércoles, 8 de junio de 2011

Sobre el diccionario

A vueltas con el diccionario biográfico:
Solo hoy, después de varios -¿demasiados?- días desde que comenzó la polémica por la publicación del Diccionario biográfico español auspiciado por la Real Academia de la Historia, leo en el artículo de José-Carlos Mainer alguna línea de reconocimiento hacia los miles de biógrafos que han contribuido al Diccionario con profesionalidad y honradez intelectual, y cuyo trabajo ha quedado en entredicho por la desacreditación a que está siendo sometida la obra.
He colaborado en el Diccionario biográfico con una entrada menor (comparada con la de Franco) y lamento verme involucrada, siquiera indirectamente, con unas prácticas profesionales reprobables. No tengo más vinculación con la Academia que el haber consultado sus fondos para mis investigaciones y el haber recibido hace unos años su invitación a participar en el Diccionario.
Como afectada, agradecería de los medios de comunicación una mirada más amplia y abarcadora, que tuviese en cuenta, no solo algo tan evidente como que ni la historia de España, ni siquiera la historia de la España contemporánea, es solo Franco, sino también que el rigor preside la inmensa mayoría de las entradas que se han incluido en los volúmenes ahora publicados, entradas referidas a personajes de igual o mayor importancia histórica que la de Francisco Franco.
En los últimos días hemos leído en las páginas del periódico numerosas opiniones que dan una imagen de la Academia de la Historia como institución obsoleta y hasta oscurantista. Tienen la responsabilidad social de hacer saber a los ciudadanos que son muchos los investigadores en el campo de las humanidades que llevan a cabo su labor no con muchos medios, pero sí con grandes capacidades. VICTORIA PINEDA (Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Extremadura) - Cáceres - 06/06/2011

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