El abandono escolar en España es uno de los más altos de Europa: lo dejan después de la enseñanza obligatoria el 31% de los jóvenes, la mayoría porque no consiguió el título más básico, el de ESO.
No hay que preocuparse el gobierno, junto con las comunidades, tiene un plan.
Aumentar los Programas de Cualificación Profesional Inicial (PCPI), en sustitución de los inútiles cursos de garantía social, los cursos que hacían los chavales de 16 años (o de 15) que no daban título ni certificado alguno. El objetivo es alcanzar las 80.000 plazas dentro de dos cursos, para que estos programas se conviertan en una oferta normal en todos los centros de secundaria. Esas 80.000 plazas supondrán ofrecer esta alternativa a uno de cada 12 jóvenes de 15 y 16 años. Si el alumno aprueba estos programas, aunque no se saque el módulo voluntario de la ESO, podrá acceder a la FP de grado medio a través de un examen.
Programas específicos para prevenir el abandono de los estudiantes con mayor riesgo de fracaso (inmigrantes, población gitana, zonas especialmente deprimidas), formación del profesorado para el diagnóstico precoz y la atención a estos chavales en riesgo y medidas que permitan la asistencia de los padres a las reuniones del colegio.
Repescar a los jóvenes que dejaron de estudiar sin haber obtenido el título de ESO. Una de las posibilidades que se contemplan es la de ofrecerles medidas de refuerzo y clases extra para que lo puedan hacer en menos tiempo, programas semipresenciales, y a distancia o por Internet.
Reconocimiento oficial de lo aprendido durante sus años de experiencia, que se les puede convalidar en su regreso a la educación reglada.
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También en Francia los alumnos golpean a los profesores.
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