martes, 20 de enero de 2009

Estos psicopedagogos que no paran

Escribe una carta a El País este Presidente de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España.
Uno ve sus credenciales y en seguida sabe cuál es la pregunta que va a hacer y cuál la respuesta: ¿Quiénes son los culpables del fracaso escolar en España? Los profesores, evidentemente. ¿Y por qué? Por que no han hecho caso a los pedagogos. Aquí la carta:
Los informes de la OCDE y de PISA nos sitúan en el furgón de cola de Europa. Es paradójico que la octava potencia económica mundial haya descuidado durante tantos años su sistema educativo. A pesar de esta situación, hay colectivos reacios a cualquier innovación, más preocupados en defender sus intereses corporativos que en proponer cualquier medida de mejora. Si precisamente de algo ha adolecido nuestro sistema educativo es de la falta de formación psicopedagógica de nuestro profesorado, y así nos va.
Las cifras de abandono y fracaso escolar en todas las etapas educativas ponen de manifiesto la necesidad de cambios en la metodología docente y en la formación del profesorado. Todavía no se está realizando una formación psicopedagógica de calidad que dé respuesta a los problemas educativos de nuestras aulas. No es lo mismo dar clase a un grupo homogéneo que a otro heterogéneo, con diferentes capacidades y rendimiento.
Hay que asesorar al profesorado en cuanto a problemáticas que antes se desconocían, como alumnado disruptivo, desmotivación, déficit de atención, hiperactividad, anorexia, bullying o ciberadicción. También precisan formación en temas como materiales específicos para la diversidad, agrupamientos flexibles, nuevas tecnologías aplicadas a la educación, evaluación, mejora de la tutoría, medidas para mejorar la convivencia, etcétera. El futuro profesorado precisará experiencias directas y ejemplificaciones de la tarea de enseñar, más que conocimientos de su disciplina que al poco tiempo quedarán obsoletos. JUAN ANTONIO PLANAS DOMINGO.
Basta con fijarse en el vocabulario utilizado (alumnado disruptivo, desmotivación, déficit de atención, hiperactividad, anorexia, bullying o ciberadicción) para ver la intención y el engaño, no se trata de describir la realidad, sino de ordenarla a su gusto, de dominarla. El lenguaje del tahur, el lenguaje del tramposo.
Todo lo que dice que hay que hacer es lo que se ha hecho durante estos años: tratamiento de la diversidad, agrupamientos flexibles, nuevas tecnologías aplicadas a la educación, evaluación, mejora de la tutoría, medidas para mejorar la convivencia. Anteponiendo los protocolos, las formas, el quehacer burocrático a la directa relación profesor alumno. Con esa palabrería nos han engañado, la palabrería del fracaso, esa palabrería con la que quieren seguir colonozando la cabeza de los futuros profesores.

Aquí una carta de respuesta en el mismo periódico:
En EL PAÍS del día 17 de enero, el señor Planas sostiene que los problemas de nuestra educación se resolverían con más psicopedagogía. Se conoce que el número de cursillos en los cuales los docentes tienen que escuchar toda clase de necedades no es suficiente. Habla también de "problemáticas que antes se desconocían, como alumnado disruptivo, desmotivado, déficit de atención, hiperactividad, anorexia, bullying o ciberadicción". Planas, en su despiste, no se ha enterado que desde siempre han existido alumnos problemáticos, y que los buenos profesores siempre han intentado ayudarlos a la luz de su buen sentido común, mucho antes de la actual proliferación de pedagogos, asesores y expertos. Llega a decir que la formación psicopedagógica es más importante para un profesor que los conocimientos de su disciplina, porque "al poco tiempo quedarán obsoletos". Planas tampoco se ha enterado que lo que se enseña en los institutos no son los conocimientos punteros, sino la ciencia clásica, los saberes bien asentados. ¿Cómo van a quedar obsoletos los conocimientos de un profesor de literatura sobre el Quijote, o los de un profesor de física sobre la mecánica de Newton? ¿Y son los profesionales como el señor Planas los que pretenden formar a los profesores.
 RICARDO MORENO CASTILLO - Madrid - 20/01/2009

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