martes, 18 de mayo de 2010

Sobre el fracaso del pacto educativo

Sobre el fracaso del pacto educativo. Estas cartas:
Admiro la paciencia, la generosidad y la educación del ministro de Educación. Un año intentando el consenso con la señora Cospedal y, al final... ¿para nada? Yo afirmaría que para poner a cada cual en su sitio. Tal ha sido la excepcional pedagogía del señor Gabilondo. De entrada, me dije: resulta imposible no llegar a un acuerdo con este hombre avalado por su preparación, exquisita delicadeza y carácter dialogante. Pensé, esta vez, sí. España necesita el acuerdo.
Al final, no ha podido lograrse; es una lástima. De todas formas, la paciencia del señor ministro, educa. Hemos aprendido algo, que no es poco. Quienes no van por la educación, ambicionan el poder a toda costa. Quienes consideran el poder como propiedad suya, nunca se interesaron por la educación. Quienes anteponen la consecución del poder a la educación son los que nunca se han interesado por ella. Le temen como a una vara verde. La ignorancia les da votos. ¿Cuándo dejarán de hacer marketing y se interesarán por la Política? Gracias por su lección, señor Gabilondo. No le quepa duda, la hemos entendido.
MERCEDES ESCALONA - San Ginés, Murcia - 12/05/2010.
Lamentablemente, no se llegó a un pacto por la Educación, y es que desde el primer momento se ha visto la falta de voluntad del Gobierno para hacer frente a la emergencia educativa que vive España y rectificar el rumbo de un sistema abocado al fracaso. La libertad de elección de centro, el reforzamiento de la autoridad del profesor, la profesionalización de la dirección de los centros, el tema lingüístico y el no adoctrinamiento en la escuela, son cuestiones candentes sobre las que el Gobierno no admite negociación de fondo. Y luego, al ministro Gabilondo le ha fallado la memoria, al olvidar que no ha buscado el consenso con las familias, que ni siquiera ha recibido a los representantes de los cientos de plataformas de objetores a la asignatura de
Educación para la Ciudadanía.

El Gobierno no ha estado dispuesto en ningún momento a que los derechos y libertades consagrados en la Constitución constituyan los pilares de la educación de los jóvenes españoles. El texto final propuesto y defendido por el ministro no era en realidad un auténtico pacto de Estado, un pacto verdaderamente social y político. Se trataba de un intento de mantener el actual sistema educativo a toda costa.
Nieves Jiménez. Madrid. El Mundo.

No hay comentarios: