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Un catedrático desengañado
Sabios consejos, en esta carta:
Tenía que haber hecho caso a mis padres. Ellos me indicaron qué pasos seguir para tener un futuro verdadero y estable en una sociedad como la española.
Pero la juventud, la inexperiencia y posiblemente las malas compañías me hicieron que no escuchara sus sabios consejos. Aquellos propios de la gente con experiencia y que conoce lo verdaderamente importante en la vida. Ahora ya es tarde. Con poco más de 40 años, ya no puedo desandar el camino y volver atrás. Y es en mitad de esta crisis virulenta cuando realmente me doy cuenta de ello.Me acaban de bajar el sueldo. No puedo hablar de mi trabajo con mis vecinos, que no entienden qué hago. Difícilmente llego a final de mes, a no ser porque mi esposa también trabaja. Por supuesto, los demás piensan que soy un vago y que no trabajo lo suficiente.
Pero ya es tarde. Ya no puedo volver hacia atrás, seguir los consejos de mis padres y con esfuerzo y dedicación llegar a jugador de la selección nacional de fútbol. Ya no podré recibir la prima de 600.000 euros por ganar el Mundial. Y me tengo que conformar con la prima de 44 euros por seis años de investigación que el Gobierno ha rebajado en un 5%.
Me está bien empleado por empeñarme en ser catedrático de Universidad en España.
JOSÉ ANTONIO GARCÍA SORIA - Granada - 08/06/2010
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