jueves, 30 de septiembre de 2010
Puertas selladas
Las dos puertas de acceso estaban selladas con silicona. Una poderosa verja de hierro fundido cerca el perímetro, con barrotes puntiagudos en forma de lanza. Sin embargo, el mecanismo de acceso al parking seguía funcionando. Las numerosas puertas del edificio -cinco-, algunas muy escondidas, también estaban selladas, unas con silicona y otras con palillos. En gran número, los padres habían decidido que sus hijos acudieran al IES como cualquier día de clase. Muchos chavales vienen de los pueblos de los alrededores en autocares. Después de que los autocares se hubiesen ido, los alumnos se quedaron a la puerta del edificio un buen rato, hasta que se les indicó que podían entrar por la puerta del parking. Después esperaron en el patio de entrada. La mañana era fresca. Hubo que buscar las herramientas adecuadas para forzar los bombines de las puertas. Los cerrajeros de momento no estaban disponibles. Tras la primera hora las clases pudieron seguir su curso. En este instituto, desde hace un año, tienen su sede -oficinas burocráticas- las secciones provinciales de los sindicatos.
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