Por los valles del Pirineo, durante varias horas, bajo un sol inclemente, hasta llegar al santuario de Nuria. Una larga, larguísima fila que se prolonga por encima de la hora entre la cabeza y la cola de muchachos de la ESO. Los tobillos bailando dentro de zapatillas de lona embarradas, pantalones de chándal demasiado largos, húmedos, rotos en las extremidades tras la larga jornada, hombros rojos y heridos bajo las pesadas mochilas mal ajustadas. Cabezas descubiertas, comida inadecuada, cansancio, dolor, llanto, pero jornada completa, acabada. Los padres tenían instrucciones precisas, por escrito, de cómo equipar a sus hijos.
Cómo fortalecer física y mentalmenta a muestros hijos, he ahí un proyecto que la nueva LEC no contempla. Además de los grandes objetivos, además de la construcción del país, además de la gran ley que ha de durar muchas legislaturas y servir a los intereses de todos los partidos nacionales -conseller Maragall dixit- existe el rudo presente de las relaciones difíciles entre padres trabajadores e hijos en edad de ser atendidos adecuadamente, alumnos y profesores, del adiestramiento de jóvenes que necesitan normas precisas, y medios, para crecer y formarse y orientación paternal.
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