viernes, 6 de noviembre de 2009

Ay, los padres, tan tristes, tan culpables

Su enfermedad (anorexia) puede ser por los problemas que haya podido encontrar en sus relacions con su padre. ¿No he estado a su lado suficientemente...? Jacques Chirac (77 años), en su reciente «Chaque pas doit être un but» (Cada paso debe ser un objetivo).
Es un mundo bipolar, padres despreocupados o desbordados que dejan a sus hijos en manos de los profesores, buenos para todo, a los que se quiere trasnferir el sentimiento de culpa, o padres estresados que acuden a psicólogos y expertos infantiles para que les digan qué es lo que están criando, esos chicos perezosos, incultos y drogadictos. O ambas cosas a la vez.

En la escala social y cultural se puede topar con ambos tipos de padres, pero la consigna del momento es menos es más, frente a la paternidad centrada en que mi propia madre nunca me dio de mamar, así que yo nunca voy a perder a mi hijo de vista, ahora es, oh, no hagas eso, esa hipervigilancia te/le va a matar: Presta atención a tus propias necesidades, deja en paz a tus hijos y todo el mundo será más feliz y estará mejor adaptado(Lisa Belkin).

Pero ojo, una despreocupación vigilante, porque según un estudio de la Columbia, los adolescentes que se sientan a comer con la familia menos de tres veces a la semana tienen más probabilidades de caer en las drogas y el alcohol que aquellos que comen en familia cinco veces a la semana. Ser padre es un castigo del que lleva tiempo reponerse.

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