¿Hay malos profesores?

En la prensa comienza a abrirse un debate interesante. ¿Qué hacemos con los malos profesores?, se pregunta un articulista. Todos conocemosa alguno, gente que por uno u otro motivo no están capacitados para dar clase. Es un problema que como tantos otros se ha ido arrastrando durante décadas. La administración no ha arbitrado medidas para que en la selección de personal se orille a los incapacitados en las pruebas de oposición, que sólo evalúa conocimientos, pero que no tiene en cuenta problemas de personalidad. Tampoco hay un método eficiente para solucionar el problema de aquellos que una vez comenzado el oficio de enseñar se muestran incapaces de llevar una clase. Es un tema tabú hablar de profesores incompetentes, no sólo en nuestra área geográfica, en un sistema que raramente echa para trás al que no sirve para esta labor.

La opinión general sobre el profesorado no es muy buena. Los profesores viven muy bien, sus sueldos son regulares, tienen largas vacaciones y encima no se adaptan a la sociedad cambiante en que vivimos. A los profesores nos cuesta discutir con franqueza sobre el tema y tendemos a soslayar asunto tan espinoso, aunque esa imagen social nos perjudique y vaya socavando nuestra respetabilidad social.

Es evidente que algunas cosas deberían cambiar. Un concurso oposición más eficaz, que evaluase no sólo los conocimientos, sino también la personalidad de los que quieren ser docentes. Una labor de inspección que diese solución al problema de los profesores que no dominan sus clases. Un sistema de formación permanente y de incentivos que motivase al profesorado, que le forme pedagógicamente, que le prepare para adaptarse a las nuevas tecnologías y a los cambios sociales, familiares, individuales que se están produciendo aceleradamente, con años sabáticos, por ejemplo, con becas para formarse en otros países o sistemas educativos más eficientes. Para ello se necesita voluntad política, cosa que ha brillado por su ausencia, pero quizá, ahora, con el posible Pacto Político y Social por la Educación se abra una ventana de oportunidad.