Un carnet para ir a la picina a cambio del Prácticum

El CAP o curso de apadtación pedagógica ha sido sustituido por los onerosos Máster, donde los alumnos van a hacer lo mismo que antes, unas cuantas clases teóricas y otras prácticas, con una diferencia, quien quiera dedicarse a la enseñanza antes de empezar a cobrar ha de soltar la pasta para matricularse.
Pero hay más. El Máster, de título rimbombante que no voy a reproducir, contempla un Prácticum, otra palabreja que sustituye a esa cosa tan vulgar llamada prácticas, de 10 créditos. Resulta que la universidad pide la colaboración de los profesores en activo para supervisar las prácticas de los estudiantes del Máster. Como ahora hay pasta, lo que pagan los alumnos, cualquiera pensaría que en buena lógica ese trabajo profesional sería remunerado. Es lo lógico, en cualquier profesión el conocimiento especializado se reconoce con dinero. ¿En cualquier profesió? No, en cualquiera menos en la de docente. Nuestros saberes y experiencias tienen la consideración de gratuitos. Gratis et amore. ¿Y qué nos ofrecen a cambio? ¡Un carnet para ir a la piscina universitaria!