Los pilares básicos para consensuar el pacto educativo según el PP son:
la mejora de la calidad centrada en los rendimientos escolares,¿Qué le falta al plan de Rajoy?
una formación básica común en todas las etapas,
mantener los cuerpos del profesorado
y garantizar las libertades educativas.
Ricardo Moreno Castillo, autor del célebre Panfleto antipedagógico y profesor de Matemáticas en el Instituto Gregorio Marañón habla con contundencia:
Hay que plantear una ley de educación con la que el que quiera estudiar, pueda estudiar. Lo que no se puede es meter a los que quieren estudiar con los que no, porque al final no estudia nadie: unos porque no quieren y otros porque no les dejan. Para tal fin es imprescindible una buena Formación Profesional que ofrezca a aquellos alumnos alborotadores alternativas que les permitan una rápida inserción en el mercado laboral.
La primera obligación de un Gobierno es que todos los muchachos que quieren estudiar tengan derecho a un sitio donde haya ambiente de estudio, donde los boicoteadores no tengan lugar. Y contra estos hay que ser implacables porque, de lo contrario, no se puede hablar de enseñanza de calidad. Y sin miedo a decir que los chicos tienen que esforzarse. Para que se esfuercen tiene que haber exámenes; fomentar la memoria (porque sin memoria no hay conocimientos); exigir disciplina, para lo cual a veces hay que sancionar. Sé que es doloroso, pero no hay más remedio.
Hay muchas cosas que hay que hacer todavía. Por ejemplo, que la formación de los futuros profesores no esté en manos de los pedagogos. Un futuro profesor de matemáticas tiene que estar formado por la Facultad de Matemáticas, con la colaboración de profesores de instituto con experiencia, pero no por pedagogos que utilizan un lenguaje vacío y no hacen más que hacer perder el tiempo.No menos contundente es Javier Orrico, autor de La enseñanza destruida:
La enseñanza española está tan destruida que necesitaría una desprogramación completa; una erradicación de lo que han sido los principios pedagógicos, la estructura del sistema, el sistema de selección de profesores y por supuesto todo lo relativo a la evaluación y programación de los alumnos.
La enseñanza es para transmitir nuestra cultura y los conocimientos heredados con el fin de hacer más libres y adultos a los seres humanos. Y esa idea ha desaparecido en la España de los últimos veinte años, desde que la LOGSE se implantara en 1990. Las propuestas del PP son medidas necesarias, pero el sistema necesita mucho más. Hay que volver a replanteárselo desde la raíz: recuperar el amor a la cultura y que sea el mérito lo que guíe a las personas. Pero no sólo a los alumnos. También a los profesores, porque el arrasamiento que el igualitarismo de los pedagogos socialistas ha producido en el sistema educativo no es sólo en el territorio de los alumnos, también en el de los profesores, donde se ha arramblado con el mérito, con la selección de los profesores, y se ha dejado todo en manos de los sindicatos.
En el momento en que introduzcas un examen de reválida externo y evaluaciones de los centros y de los alumnos también externas a los propios centros, como parece plantear el PP, el sistema cambiaría en buena medida, porque todo el mundo tendría que 'ponerse las pilas'. A todo el mundo se le verían las vergüenzas; a los centros y a las regiones que no enseñan.
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