lunes, 1 de febrero de 2010

¿Retraso en la edad de jubilación para los profesores?

Cómo debe afectar el retraso en la edad de jubilación a los profesores. ¿Se debe ampliar el convenio que les permite jubilarse anticipadamente a los 60 años o como todos los demás deberán resistir hasta los 67? Hay razones para una cosa y la contraria, para que se jubilen pronto y para que se jubilen tarde. Ya se sabe que los profesores ganan con el tiempo, como los vinos añejos, la experiencia es un grado y todo eso. Tarda uno en asentarse, en dominar la dinámica de la clase, en establecer el equilibrio entre autoridad y afecto, entre el respeto y la cercanía necesarios para que instrucción, estímulo, aprendizaje y entusiasmo por el conocimiento fluyan de modo natural. Los profesores jóvenes tardan años en romper la coraza de su inseguridad. Pero la profesión es dura, sobre todo desde los tiempos en que se implantó la ESO: desgaste físico, agotamiento psicológico. Luego está la linea del tiempo que les separa de los jóvenes que van llegando a la escuela o al instituto, de tanta importancia en momentos de cambio tecnológico, directamente proporcional al tiempo que se retrase la jubilación. La distancia entre un chaval que ha captado el mundo a través de los artilugios digitales y un profe que se amamantó en los cuadernos caligráficos de antaño comienza a ser insalvable. Hay más razones de tipo sociológico para mandar a los fatigados maestros a casa: demasiados jóvenes licenciados y pronto con máster sin trabajo, ¡que corra el escalafón!; la nueva Ley de Educación, si finalmente cobra cuerpo, necesitará sangre joven para aplicarse. Claro que las razones del gobierno para retrasar la edad de jubilación, no son de orden sociológico o psicológico, responden a urgencias meramente económicas.

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